FINAL DEL TORNEO DE LEKEITIO
Secundario por accidente
Irujo da un paso adelante e impulsa a Barriola a prolongar su racha con una nueva victoria estival.
Jon ORMAZABAL I
La acumulación de partidos, el cansancio y la falta de chispa inherentes de un verano complicado hicieron que Juan Martínez de Irujo se presentara ayer en Lekeitio, aparentemente, a desarrollar un papel a la sombra del duelo entre Abel Barriola y Oinatz Bengoetxea, cuya pugna por ser el mejor pelotari estival deberá dilucidarse, salvo que vuelvan a compartir pareja, en la feria de San Mateo. Sin embargo, acostumbrado a, para bien o para mal, acaparar casi en exclusiva el protagonismo de todos los partidos en los que juega, el de Ibero reivindicó ayer su protagonismo en el Santi Brouard y desniveló la balanza de los leitzarras en favor del zaguero, consiguiendo además su segundo título veraniego.
Tras la absurda lesión de Orereta y la fatiga acumulada en otra temporada llena de partidos, a nadie escapa que el pelotari de Ibero no está para someter a sus rivales como lo suele hacer en sus momentos de pleno rendimiento -su golpe de derecha carece esa explosividad tan característica y a la zurda le falta algo de chispa- pero todavía le sobran recursos para acompañar a Barriola que no brilló tanto, a pesar de sólo cometer un error en un pelotazo al ancho en el que mereció más.
En un partido mucho más exigente que el jugado el jueves en semifinales, Martínez de Irujo dio un paso al frente, impuso ese ritmo en el que descoloca a la mayoría de sus rivales y, pese a todas sus limitaciones, terminó con once tantos en su haber, nueve de ellos de aire.
Apraiz, mermado
En la pareja de Asegarce, por contra, sucedió todo lo contrario. Oinatz Bengoetxea volvió a demostrar que está pletórico. Rápido de piernas como ninguno, se desenvolvió con soltura y desparpajo en el cuerpo a cuerpo con Irujo en el juego en corto. Jugándole a la contra le buscó las cosquillas al campeón manomanista, pero tuvo poca o ninguna ayuda de Apraiz.
El zaguero de Gernika, que tan buena impresión había dejado en semifinales, imponiéndose en los cuadros traseros a Zubieta el pasado jueves, se mostró demasiado inconsistente y las diferencias entre ambas parejas aumentaron, a pesar de que el público, no sólo por el color de las camisetas, estuviera con los a priori, más débiles. El propio zaguero de Asegarce desveló al término del partido que, al poco de empezar el partido, una pelota se le metió en su derecha, lo que hizo que se saliera del partido y cometiera demasiados errores para tener opciones ante unos rivales tan sólidos.
Pese a estos condicionantes y un 6-0 inicial a favor de los claros favoritos -el dinero salió doble a sencillo a favor de colorados- que no presagiaba nada bueno, a los de Asegarce, especialmente a Oinatz Bengoetxea, hay que reconocerles el mérito de no perderle nunca la cara al partido y de ofrecer un duelo bastante más disputado del que realizaron Xala-Begino el pasado viernes.
De hecho, con el desparpajo del delantero navarro como acicate, llegaron a acercarse 8-6 en el marcador. No obstante, tres errores prácticamente consecutivos de Apraiz sirvieron a los colorados para volver a abrir brecha en el marcador y conseguir una victoria relativamente sencilla. Sin brillar tanto, Abel Barriola fue designado, como en Donostia, mejor pelotari del torneo con merecimiento.