Mundial Turquía 2010
La bestia ha despertado con hambre: Hidayet Turkoglu
Un parcial de 16-0 guiado por el alero de los Suns hundió a una selección francesa donde sólo brilló Diaw.
Arnaitz GORRITI I
Hasta la fecha, de la selección de Turquía destacaban las defensas zonales -típicas en Bogdan Tanjevic- y Ersan Ilyasova. Hidayet Turkoglu, llamado a liderar la escuadra otomana, estaba fallón, y sólo anotaba a rachas, aunque seguía acaparando bastantes tiros. Hasta que ayer, de pronto, despertó.
Despertó la mejor versión de «Hedo»; despertó la bestia, y lo hizo con hambre. El alero de los Suns de Phoenix aniquiló a la selección francesa con 20 puntos clave. Turkoglu emergió como protagonista en medio de un parcial de 16-0 que endosó el cuadro local a una Francia que en defensa no sabía qué hacer ante semejante huracán, y en ataque se atascaba ante las zonas 2-1-2 y 2-3 de los anfitriones. Si hasta el filo del descanso, Diaw hacía que los bleu se mantuvieran cerca, cuando el marcador pasó del 37-28 al 53-28, ni el más optimista de los franceses soñó ya con la remontada.
Güller se sumó a la fiesta de su jefe anotando 17 tantos, y Arslan y compañía ayudaron en el claro triunfo otomano a base de robar balones -9 en total- y provocar pérdida tras pérdida -22 al final de los 40 minutos- entre los de Vincent Collet. La única mala noticia de Turquía fue la lesión de Tunçeri, al torcerse el tobillo izquierdo tras pisar a un rival.
El orgullo de Diaw, y punto
Mientras Turquía solventaba el partido a base de defensa y triples, Francia se hacía cada vez más pequeña. Sólo Boris Diaw mostró carácter y orgullo. El «base-pívot» galo buscó soluciones contra las zonas turcas, y al ver que sus compañeros se escondían, intentó la remontada él mismo, llegando a convertirse en máximo anotador del choque. Pero ya era tarde.
Y es que ni uno solo de sus compañeros estuvo a la altura. De Colo dejó destellos, pero nada más, Batum comenzó a anotar con 20 puntos de desventaja y de los interiores ni se supo. Así es muy difícil progresar.
Eslovenia es el cuarto equipo que logra el billete a cuartos de final después de pasar por su particular rodillo a una selección de Australia desconocida. Los hombres de Memi Becirovic avasallaron a los boomers por un escandaloso 87-58 en un partido que no tuvo ninguna historia.
Y no hubo apenas nada que contar porque la escuadra eslovena masacró a su oponente desde el salto inicial. Un 12-0 de arranque dio el primer aviso a los oceánicos, que tardaron más de medio primer cuarto en ver aro por primera vez. Pero si fue grave el 16-8 de los diez primeros minutos, peor fue el 26-13 del segundo. Lakovic -máximo anotador con 19 puntos- y Dragic se adueñaban del partido y terminaban de dar la puntilla a una Australia en la que sólo Mills y Nielsen parecían poner algo de oposición.
El encuentro se relajó tras el pase por vestuarios, a modo de intercambio de canastas, con el despertar de Andersen. Cómoda situación para Eslovenia, que pese a la mayor presión australiana, seguía anotando, sobre todo de la mano de Nachbar, para que la renta fuera aún mayor. A.G.