La primera ministra laborista australiana logra por los pelos un acuerdo de gobierno
GARA |
La primera ministra laborista de Australia, Julia Gillard, retendrá el poder tras lograr el apoyo del segundo de los tres diputados independientes después de que lograr un empate técnico con el candidato conservador, Tony Abbott, en las elecciones del pasado 21 de agosto.
La primera jefa de Gobierno de la historia de Australia, nombrada hace dos meses tras una rebelión interna contra el líder histórico de los laboristas, Kevin Rudd, logra así 76 escaños, de un total de 150, con el apoyo de dos independientes y del único diputado verde.
El independiente Rob Oakeshott anunció ayer oficialmente que otorga su confianza y su apoyo a un gobierno de coalición liderado por la laborista. «A menos que, e insisto en ello, circunstancias excepcionales me hagan cambiar de opinión», advirtió el diputado, mostrando la fragilidad de la nueva mayoría y poniendo en guardia a los laboristas.
Y es que el tercero de los diputados independientes anunció su apoyo a la formación conservadora. «Es como un partido de fútbol que se juega sin doble vuelta. El que pierde maldice su suerte y el vencedor se lo lleva todo», señaló, sin embargo, John Warhurst, analista político de la Universidad de Australia.
La primera ministra confirmó en rueda de prensa, que había asegurado a los dos diputados independientes que el Gobierno laborista invertirá 10.000 millones de dólares australianos (9.000 millones de dólares estadounidenses) en el medio rural, y que ha ofrecido a Oakeshott un cargo en el Ejecutivo de coalición.
Apuesta arriesgada
Llegada al poder en junio, Gillard convocó elecciones anticipadas para asegurarse la confianza del electorado.
Pero fue incapaz en los comicios de agosto de rentabilizar sus altas cotas de popularidad y su ventaja en las encuestas.
Finalmente, ha salvado los muebles por los pelos pero le espera una legislatura difícil.