Vuelta, décima etapa
Premio a la testarudez
El navarro Imanol Erviti se cuela en la fuga buena y da el segundo triunfo consecutivo al Caisse.
Amaia U. LASAGABASTER
Se obstina el Caisse d'Epargne post-Valverde en mantener el listón de laureles del murciano. Difícil, por no decir imposible, aunque a veces su testarudez tiene premio. Lo que se le negó en el Tour asoma en la Vuelta, con medio equipo aspirando a alternativa y dos victorias de etapa en el bolsillo.
Ambas con Euskolabel y un guión similar. Como hiciera David López el domingo, Imanol Erviti se coló en la escapada del día, para tirar de astucia y la reserva de fuerzas en los últimos kilómetros, y llegar a Vilanova i la Geltrú en solitario.
Territorio de Joaquim Rodríguez que, sin ser navarro, tampoco anda flojo en testarudez. Sprints, puertos o metas volantes. El Purito ha convertido cada kilómetro del recorrido en un campo de batalla. Ayer recibió el premio, con los dos segundos de bonificación que rascó en una meta volante, permitiéndole arrebatar el maillot rojo a Igor Antón. Premio con trampa, sobre todo para sus compañeros, a los que les tocará ahora controlar la carrera, con mucho terreno por delante y la clasificación aún muy abierta.
Fue el consuelo, el descanso de sus amigos y la opción de la contra, que le quedó a Antón. «Que me quiten lo bailao», aseguraba el vizcaino sonriente. Pero también en su mirada empieza a aparecer la obstinación, con el rojo como objeto del deseo. El líder de Euskaltel ha probado la sangre y le ha cogido el gusto.
Ambos, Antón y Rodríguez, son conscientes de que el cambio de roles no afecta tanto a sus obligaciones como a las de sus equipos. Hasta ahora, la Vuelta ha basado su dureza en puertos explosivos pero cortos; espectaculares pero poco efectivos. Insuficientes, en definitiva, para abrir brecha e impedir que los rodadores, aún bien colocados, esperen con apetito la contrarreloj de Peñafiel. Y lo que es peor, tampoco han servido para espantar a Vincenzo Nibali, cómodo en su tercera plaza, siempre pegado a sus talones y tan, o más, capacitado que sus rivales para reventar la carrera cuando los clavos mediterráneos den paso a las alturas asturianas.
O a las pirenaicas. Porque la carrera llega hoy a Andorra, aunque la meta en Pal -diez kilómetros al 6'5%- sea la única dificultad en 208 kilómetros.
Bjarne Riis, director de Saxo Bank, expulsó ayer de la Vuelta a sus corredores Andy Schleck y Stuart O'Grady por «razones disciplinarias internas». Concretamente, «por ir a tomar una copa después de cenar», según reconoció el propio Schleck.
Patxi Vila correrá el próximo año en el Ceramica Flaminia italiano. El de Bera volverá a ponerse un dorsal después de cumplir una sanción de 18 meses tras dar positivo. El castigo finalizó el 5 de mayo del 2009, pero no había encontrado hasta ahora un equipo que le diese una nueva oportunidad.
Taylor Phinney perdió el liderato en el Tour del Porvenir tras sufrir una caída y llegar con veinte minutos de retraso. Fue trasladado al hospital, donde se confirmó que no sufre ninguna fractura. La etapa fue para el francés Anthony Delaplace, mientras que el británico Alex Dowsett comanda ahora la general.