Repensar la estrategia como punto de partida
El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, influyente think tank que lidera la política exterior británica y cuyas recomendaciones tienen un peso decisivo, ha anunciado en su informe anual que el futuro en Afganistán «pasa por la negociación con y entre las partes en conflicto». Desde un llamamiento expreso a repensar toda la estrategia para hacerla eficaz, califica las perspectivas de victoria «muy inciertas» y apuesta por un «acuerdo negociado» justo y respetable. Esta recomendación tiene un significado claro que confiesa lo obvio: el diálogo girará en torno a cómo terminar la guerra pero no en torno a cómo ganarla.
Los Estados Unidos enrocados durante años en la doctrina Bush de no «negociar con terroristas» apoyan ahora los esfuerzos de Karzai de negociar con los talibán. Aun sabiendo que éstos no negociarán seriamente hasta que EEUU se implique y se comprometa, saben que la guerra no tiene victoria militar posible, ni el apoyo de la opinión pública estadounidense, y que están atrapados en un cepo donde una retirada puede provocar la implosión de Afganistán y el mantenimiento de la actual estrategia, un desastre anunciado. La negociación es, pues, su verdadera y única opción, y de hecho ya está en marcha en el tablero afgano, donde la división entre comunidades y los apetitos e intereses de las potencias regionales la hacen, si cabe, más compleja.
Salvando las distancias y lejos de cualquier tentación de comparación oportunista, apoyar en estos tiempos cruciales un acuerdo duradero, inclusivo y próspero en el complejo mosaíco de oportunidades que ofrece la opción negociadora es algo necesario. No se entiende que en contextos mucho más complicados y sangrientos sea una opción de futuro y sentido común, y aquí, con ofertas y condiciones tan maduras, algunos se obstinen en hacer de ello un imposible. Que la cultura de la negociación haga que allí y aquí la ocupación y la guerra sean pasado, el acuerdo instrumento del presente, para un futuro de paz y soberanía nacional.