Quema pública del libro sagrado del islam
El llamamiento a quemar el Corán desata una oleada de advertencias
La comunidad internacional ha reaccionado al unísono y de forma unánime al denunciar la iniciativa del pastor evangelista estadounidense Terry Jones, impulsor del llamamiento a quemar un ejemplar del Corán con motivo del noveno aniversario de los atentados del 11-S. Sin embargo, la presión y las peticiones para que cancelara el acto no han sido suficientes, ya que su Iglesia ha manifestado que sus planes siguen adelante.
GARA | WASHINGTON
La intención de un grupo evangélico estadounidense de quemar el Corán coincidiendo con el noveno aniversario de los atentados del 11-S en Nueva York desató ayer un torrente de condenas, así como advertencias por las consecuencias que este hecho podría acarrear.
La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, rechazó ayer la «vergonzosa» iniciativa del pastor Terry Jones -del Dove World Outreach Center, Iglesia baptista ubicada en Gainesville, Florida- y se felicitó por la condena «clara e inequívoca» de líderes y seglares de otras religiones.
«Me siento satisfecha por la condena clara e inequívoca a este acto irrespetuoso y vergonzoso que ha venido por parte de líderes de todas las religiones de EEUU, desde cristianos evangélicos hasta rabinos judíos, también líderes de opinión y seglares», manifestó. Por ello, instó al pastor a dejar de lado su «aberrante» intención.
Por su parte, la Alta Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Catherine Ashton, apuntó que «condenamos cualquier intento de este tipo» y añadió que «éste no es el camino para avanzar».
Libertad de expresión
En esa misma dirección, el jefe de la Misión de la ONU en Afganistán (UNAMA), Staffan de Mistura, indicó que el ejercicio de la libertad de expresión no debe ser confundido «con la intención de ofender la religión y las creencias de millones de personas» en todo el mundo.
«Si esa acción repugnante se lleva a cabo, sólo espolearía los argumentos de quienes están contra la paz y la reconciliación en Afganistán, y podría poner en peligro los esfuerzos de muchos afganos y extranjeros que intentan ayudar al país», dijo.
Todas estas manifestaciones, y muchas más, se suman a las ya expresadas en días anteriores por David Petraeus, jefe de las tropas de EEUU y de la OTAN en Afganistán, o el secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen.
Varios de los principales líderes judíos, musulmanes y católicos de EEUU criticaron ayer la «histeria antimusulmana» que se ha desatado en el país.
Sin embargo, los representantes de esta corriente religiosa siguen en sus trece y han asegurado que mantendrán su inten- ción de quemar el libro sagrado del Islam, acto que ha sido prohibido incluso por el Ayuntamiento de Gainesville.
Ayer mismo, Wayne y Stephane Sapp, miembros de la Iglesia Dove World Outreach Center, reiteraron que «creemos firmemente que esto es lo que Dios nos llama a hacer».
«Estamos firmemente decididos a hacerlo», dijo a la CNN el impulsor de la iniciativa, Terry Jones. «Sabemos que este acto efectivamente podría ofender (...) Pero estimamos que el mensaje que intentamos transmitir es mucho más importante que el hecho de que estas personas se ofendan. Creemos que no debemos retroceder ante los peligros del Islam», añadió.
Ayer mismo, una Iglesia alemana fundada en 1980 por Jones -quien les abandonó hace dos años- se declaró «igual de sorprendida que el resto del mundo» ante el anuncio de quemar el Corán en público.
En 2006, en una de las protestas anteriores más conocidas, alrededor de una docena de personas murieron en actos violentas en Kabul después de que un diario danés publicara unas viñetas de Mahoma y un número similar falleció en otro incidente un año antes.
Diversas movilizaciones han tenido lugar en países como Afganistán -donde la Policía está en alerta- o Indonesia -el país con mayor población musulmana en el mundo- tras el anuncio de Jones, lo que hace prever las consecuencias que su iniciativa podría acarrear.