GARA > Idatzia > Iritzia> Ikusmira

Actos públicos de discriminación caducos

Un año más, puntualmente, ha llegado el Alarde de Hondarribia y, aunque con menor violencia y tensión que en ocasiones anteriores, la discriminación se ha vuelto a hacer efectiva con el patrocinio del Ayuntamiento de la localidad. Al igual que ocurre en Irun, las autoridades permiten e incluso promueven que se discrimine a las mujeres en nombre de la «tradición». Los partidos a los que pertenecen esos alcaldes, PNV en Hondarribia y PSOE en Irun, hacen la vista gorda ante un episodio que contradice palmariamente toda su retórica sobre la igualdad entre hombres y mujeres. Un ejemplo claro de hipocresía política.

En el contexto europeo este tipo de actos tienen difícil encaje y un futuro incierto. En otras palabras, tienen fecha de caducidad, aunque esa fecha sea, desgraciadamente, indeterminada. Los subterfugios con los que se han saltado hasta ahora las normas más básicas y fundamentales no tienen recorrido y mejor harían esos políticos si comenzasen a hacer un poco de pedagogía, en vez de pensar únicamente en clave electoral. Permitiendo la institucionalización de la discriminación, el primer edil de Hondarribia, Aitor Kerejeta, está renunciando a ejercer su función de representante de todos los hondarribiarras. A veces más votos no es sinónimo de democracia.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo