Un vecino de Burlata fue arrestado el martes por la noche por la Policía Foral y retenido durante dos días en dependencias policiales en Iruñea. Ni los familiares ni los abogados del joven pudieron saber qué era lo que se le imputaba durante la detención, de la que no hubo noticia oficial alguna.

Según relató él mismo a GARA, hacia la medianoche del martes un coche de la Policía Foral le obligó a parar su vehículo cuando salía de Altsasu. Los agentes le dijeron que se había saltado un control de la Guardia Civil, por lo que se dispusieron a registrar su coche. El burlatarra se encuentra imputado por un delito de kale borroka y será juzgado a partir del 4 de octubre. Durante el registro los agentes revisaron la agenda del joven y encontraron apuntes relacionados con el juicio y también sobre la iniciativa Adierazi EH. Según informó, se hicieron ade- más con pegatinas, cuadernos, un ordenador y una videocámara que llevaba.

En ese momento, la Guardia Civil llegó al lugar y se hizo con el material incautado. El joven fue trasladado a Iruñea y permaneció detenido durante dos días en dependencias policiales. Su abogada, Amaia Izko, explicó a este diario que en esos días no recibieron ninguna explicación sobre las razones de la detención. Después supieron que está acusado de «colaboración». «¿Pero, con quien ha colaborado?», dice la letrada. «No tiene nada ilegal y es increíble que lo tuvieran durante dos días por una cosa así. Es una aberración lo que han hecho con él». Ahora el caso está en manos del juez de la Audiencia Nacional española Ismael Moreno.

Tras lo ocurrido, el detenido ha denunciado que es víctima de «una persecución policial». Además de la imputación por kale borroka, el joven también fue arrestado durante el chupinazo de los últimos sanfermines en Iruñea.