Álex de la Iglesia se hace con el mejor guión y dirección en Venecia
El bilbaino Álex de la Iglesia se convirtió ayer en uno de los grandes ganadores de la 67 edición de la Mostra de Venecia al ganar por la película «Balada triste de trompeta» la Osella al Mejor Guión y el León de Plata a la Mejor Dirección, en un palmarés en el que el León de Oro, máximo premio del festival, fue para «Somewhere», de Sofia Coppola.
GARA | VENECIA
El cineasta bilbaino Álex de la Iglesia expresó ayer la «increíble ilusión» que siente al haber recibido dos premios en el 67 Festival Internacional de Cine de Venecia: el León de Plata a la Mejor Dirección y la Osella al Mejor Guión, por su película «Balada triste de trompeta». La novena película del realizador vasco había desconcertado a la prensa en un primer momento, pero los ánimos de premio se fueron caldeando conforme avanzaba el festival y, sobre todo, dado el entusiasmo mostrado hacia la película por parte del presidente del jurado, Quentin Tarantino.
Al subir por segunda vez al escenario del Palazzo del Cinema, sede de la Mostra, para recoger el León de Plata, el presidente de la Academia de Cine español dedicó un especial «grazie» en italiano a Tarantino, ante quien se arrodilló y quien durante el estreno de la película en la Ciudad de los Canales dio evidentes muestras de disfrutar de su proyección. «Estos días en Venecia han sido los mejores de mi vida», añadió De la Iglesia.
«Me dijeron que algo caía y tal, y me hizo mucha ilusión. Pero pensé, no sé, quizá el premio a la persona más entregada, el premio a la persona más cordial del Festival», expresó después a un grupo de periodistas, señaló Efe.
«Balada triste de trompeta» narra la historia de dos payasos que luchan por una misma mujer y se desarrolla desde la Guerra del 36 hasta los finales de la dictadura franquista. «No me esperaba guión ni dirección. Me hace una ilusión increíble, sobre todo por lo buenas que eran el resto de las películas», añadió el realizador.
De la Iglesia dedicó un saludo especial a Jorge Gerrikaetxebarria, quien habitualmente trabaja con él en los guiones pero no esta vez, y afirmó que «lógicamente» estos premios permitirán dar a conocer al filme en todo el mundo. Además, aseguró que se pondrá a trabajar en un nuevo proyecto lo antes posible.
Buena aceptación
Sobre el proceso ascendente de aceptación de su película, De la Iglesia afirmó que «como las grandes cosas en la vida, primero hay un momento de consternación, luego hay un momento de aclimatación y luego hay ya un momento de penetración».
«Me siento muy bien, francamente muy bien. Hubiera preferido uno que dos (premios), pero ya sabes cómo soy de soberbio y de engreído. En cualquier caso, estoy muy contento», apuntó. «No he llegado a tener una relación personal con Quentin, pero he llegado hasta aquí. Desde aquí un beso enorme a Quentin y a todo su jurado, a Guillermo Arriaga (también miembro del jurado), a todo el mundo que ha sido tremendamente amable conmigo». El cineasta aseguró que los dos galardones no le van a cambiar «en absoluto», aunque puntualizó: «igual me cambio de ropa, porque pienso tirarme a un canal (de Venecia). Espero no perder otro móvil como lo he perdido esta tarde. Se me ha caído a un canal».
El León de Oro, máximo galardón de la Mostra, fue para «Somewhere», de Sofia Coppola, hija de Francis Ford Coppola. La película se alzó «unánimemente» con el máximo premio y lo recibió de manos del presidente del jurado y su ex pareja, Quentin Tarantino, quien reconoció así los méritos de una historia sutil sobre el vacío existencial de una estrella de Hollywood que dio a la cinematografía estadounidense el sexto León de Oro para sus vitrinas.
La otra gran ganadora de la noche fue la cinta «Essential Killing», del polaco Jerzy Skolimowski, al hacerse con el premio especial del jurado -que reconoce la segunda mejor película en competición- y la Copa Volpi al mejor actor fue para Vincent Gallo, una vez más ausente y reconocido por su absoluto protagonismo en la cinta, en la que no pronuncia ni una sola palabra. Pese a las favoritas Natalie Portman y Catherine Deneuve, fue la debutante actriz grecofrancesa Ariane Labed, protagonista de la agreste cinta «Attenberg», la que se llevó la Copa Volpi en el apartado femenino. Y Monte Hellman, otro de los nombres vinculados a Tarantino, pues produjo sus primeras películas, recibió el León de Oro especial por el conjunto de su carrera, al margen de su cinta en concurso, «Road to Nowhere». El palmarés oficial se completó con la Osella a la mejor fotografía para Mikhail Krichman, de la película rusa «Ovsyanki (Silent Souls)» y con el premio Marcello Mastroianni a la actriz emergente para Mila Kunis por su interpretación en «Black Swan», de Darren Aronofsky. Entre los títulos premiados, se echó en falta a una de las favoritas, «Post Mortem», de Pablo Larraín, y «Potiche», de François Ozon, y sorprendió la histórica ausencia del cine italiano en el cuadro de honor, indicó Efe. GARA
