Una vez más, Osasuna se fue de vacío del estadio Santiago Bernabéu, después de caer por la mínima ante un gris Real Madrid. Un gol del central Ricardo Carvalho en el arranque de la segunda mitad decantó el choque. Los hombres de José Antonio Camacho trabajaron y pelearon a destajo, y en ese aspecto se fajaron bien. El problema surgió cuando el partido obligó a los rojillos a jugar al fútbol.

Todo lo que debía pasar pasó en los segundos 45 minutos, porque en los primeros no ocurrió casi nada. El entramado defensivo de Osasuna frenó a un Real Madrid que pareció salir ya conforme por la derrota del Barcelona ante el Hércules.

El único dolor de cabeza de los rojillos fue Higuaín, que tuvo las dos ocasiones más claras del cuadro local: un centro desde la derecha de Benzema que el argentino cruzó en exceso y un peligroso centro de Özil, tras una escapada del alemán producto de un error de Damiá, que el Pipita no controló bien y que remató al lateral de la red. Asimismo, Ricardo, sin duda el mejor de los navarros, se empleó con solvencia ante un lanzamiento de Cristiano Ronaldo.

Con el trabajo de retaguardia bien hecho, Osasuna podría haberse estirado más, pero salvo un par de intentonas de Juanfran, casi no hubo nada. De hecho, Casillas, si hubiese querido, se hubiera podido ausentar del duelo tranquilamente.

Los planes al garete

Tan bien salieron los planes de Osasuna en la primera mitad, que casi no sorprendió que el gol madridista llegara nada más reanudarse el choque.

El conjunto rojilló botó muy mal una falta lateral, y su rival, de la mano de un Özil que, sin duda, fue de lo mejor, desplegó su capacidad ofensiva. El turco-alemán cedió a Cristiano Ronaldo que remató a bocajarro, propiciando la parada de Ricardo. Por desgracia, el rechace fue a parar a los pies del delantero luso, que abrió donde esperaba su compatriota Ricardo Carvalho quien, oportunista, hizo subir el 1-0 al marcador.

Con el plan A yendo por el sumidero, algo había que hacer. Así, los de Camacho trataron de estirarse y Puñal probó fortuna desde lejos. Pero como suele pasar en estos casos, fue el equipo con ventaja en el luminoso quien tuvo las mejores opciones. Cristiano Ronaldo y Özil se vieron liberados, y de su movilidad y calidad en el pase, el cuadro merengue pudo aumentar su renta. Ricardo sacó una genial mano a un remate de Higuaín y Özil pecó de egoísta en una internada por la izquierda cuando Benzema estaba desmarcado y listo para el remate.

Camacho buscó más picante en su vanguardia con la entrada de Massoud y Pandiani, pero nada cambió con ello. De hecho, Higuaín tuvo una última oportunidad que desbarataba Ricardo. Para postre, Camuñas terminó tocado debido a una patada que recibió del lateral madridista Marcelo.