Maite SOROA | msoroa@gara .net
Se lo han tomado a la tremenda
Es muy curioso observar con atención el juego camaleónico de un grupo informativo como Vocento, que en su diferentes cabeceras ofrece perfiles ideológicos, si no diferenciados, sí muy matizados.
Así, en «El Correo Español» y «El Diario Vasco» presentan un perfil menos agresivo en los asuntos concernientes a Euskal Herria, y en «Abc» se nos muestran tremebundos.
Ayer, sin ir más lejos, la cabecera madrileña presentaba el acuerdo de la transferencia de políticas activas de empleo en tono más que catastrofista, mientras sus hermanas de la CAV pasaban de puntillas sobre el asunto.
Abrían edición en «Abc» con un titular apabullante: «Las concesiones al PNV amplían la desigualdad entre españoles».
En su editorial sentenciaba que «Rodríguez Zapatero ha traspasado peligrosamente una de las líneas rojas celosamente preservadas por todos y cada uno de los gobiernos anteriores: la del sistema de la Seguridad Social, entendido como instrumento de solidaridad entre españoles. No sólo ha asestado un duro golpe a la unidad de mercado sino agrietado el principio de igualdad». Suena fuerte, ¿verdad?
En páginas interiores se sucedían los titulares apocalípticos: «Las cesiones al nacionalismo abren una brecha en la caja única de las pensiones», «Los diputados nacionalistas vascos añadirán más transferencias a su lista para negociar los presupuestos» y «El pacto PNV-Moncloa tritura la imagen de López y eclipsa su gestión».
No se pierdan las reflexiones de sus columnistas. César Alonso de los Ríos le echaba la culpa a «una injusta ley electoral». Y así dejaba sentado que «el apoyo del PNV a los Presupuestos del Gobierno central es el ejemplo perfecto de las contradicciones humillantes y antidemocráticas a las que, en definitiva, estamos constitucionalmente condenados». Pues que cambien la Constitución y, de paso, incluya el derecho de los pueblos a decidir su futuro. Estaría bien.
Pero en su editorial mostraban su verdadera preocupación: «el lehendakari sabe que el acuerdo alcanzado por los nacionalistas y Rodríguez Zapatero es un agujero en los cimientos de su Gobierno». La cosa se pone divertida.