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La partición de Sudán concita una cumbre de potencias y países vecinos en la ONU

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Los preparativos del referendo que debería legitimar en enero la independencia de Sudán del Sur fueron analizados ayer en la ONU en una cumbre especial que reunió a muchas de las grandes potencias y a estados ribereños, inquietos por la partición del mayor país de África Oriental.

El presidente de EEUU, Barack Obama, tenía previsto participar en esta cumbre, señal de la importancia que da Washington a Sudán y a la gestión del proceso electoral.

Un proceso que podría, si encalla o se desarrolla con torpeza, generar nuevos estallidos bélicos que los expertos equiparan con la crisis de Darfur.

Participaron en la cumbre los presidentes de Rwanda, Etiopía, Kenia, Uganda y Gabón, además del vicepresidente sudanés.

En representación de las potencias, y además de Obama, la cumbre contó con la presencia del primer ministro holandés, el viceprimer ministro británico, y los ministros de Exteriores del Estado francés, Alemania, Noruega, India, Egipto, Brasil, Japón y Canadá.

Petición de la Unión Africana

La Unión Africana (UA) instó el jueves a Naciones Unidas a dejar en suspenso por un año los cargos que pesan sobre el presidente de Sudán, Omar Hasan al-Bashir, por el temor a que pueda desestabilizarse la situación de seguridad en el país africano y queden así en peligro los procesos de referendo del año que viene.

El presidente malauí, Bingu wa Mutharika, quien además preside la UA, pidió durante su discurso ante la Asamblea General de la ONU que se aplace por un año el caso contra Al-Bashir por genocidio y crímenes de guerra presuntamente cometidos en le región de Darfur.

«En África existe la idea general de que esto polarizará negativamente las posturas de las distintas partes, lo que les aleja de una solución pacífica», señaló. El Consejo de Seguridad tiene la competencia necesaria para suspender los procesos del Tribunal Penal Internacional (TPI). Para el 9 de enero de 2011 hay convocado un plebiscito en Sudán del Sur sobre la independencia de este enclave. El año que viene también debe celebrarse el referendo sobre la independencia de Abyei.

La comunidad internacional presiona al Gobierno central sudanés para que cumpla con su parte y acepte de buen grado los procesos, los cuales suponen la culminación del acuerdo de paz alcanzado en 2005 y que sirvió para poner fin a la guerra civil. El Gabinete de Al-Bashir ha prometido que respetará los resultados de los comicios. Volviendo a la cumbre monotemática de ayer, los participantes analizaron el retraso en la organización del referendo, para el que faltan poco más de tres meses.

Pero el tema es más complejo y atañe a los medios con que contará el más que seguro nuevo Estado, el riesgo de contagio del secesionismo a otros enclaves y a países vecinos como Chad, los beneficios petrolíferos, la delimitación de la frontera y la suerte de los sudistas que viven en el norte.

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