Barney´s Version” es una película cortada a la medida del siempre excelente actor Paul Giamatti por que nadie como él ha logrado personificar la imagen del tipo gris y anónimo con el cual nos cruzamos todos los días por las calles.

Basada en la novela homónima de Mordecai Richler, este melodrama con ribetes de tragicomedia centra su interés en la accidentada odisea vital de un productor de seriales televisivos de tercera categoría marcado por sus constantes decepciones sentimentales y por la sombra de un crimen que siempre le perseguirá. Siguiendo este hilo, el cineasta Richard J. Lewis construye una base dramática muy sutil y sólida gobernada por completo por un Giamatti que gana muchos enteros en cuanto comparte secuencias con Dustin Hoffman.

La elección del protagonista de «Cowboy de medianoche» para interpretar el rol del padre de Barney ha sido toda un acierto ya que nadie como Hoffman ha simbolizado, durante décadas, la imagen del tipo corriente norteamericano que debe demostrar más que el rsto para poder sobrevivir. Cara a cara, Giamatti y Hoffman, componen un divertido y muy emotivo dúo paternofilial que alcanza sus mejores momentos en cuanto el alcohol anima la rutina de una boda judía o salen a relucir las dudas matrimoniales que nunca obtendran una respuesta del todo convincente.

Lewis orquesta alrededor de esta pareja un encadenado de situaciones corrientes y perfectamente reconocibles y es, en este punto, donde topamos con el principal acierto de un filme concebido para ser entendido y disfrutado por todo tipo de público ya que «Barney´s Version» no es una historia épica de prohombres, sino la crónica gris de un tipo corriente condenado a meter la pata constantemente.

Por ese motivo, el argumento deriva hacia un muy sincero y conmovedor epílogo en el que protagonista se enfrenta a sí mismo ante un «espejo» en el cual su pasado y aquellas personas que tomaron parte en él, se van diluyendo lenta e inexorablemente.