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Carlos Santana regresa con un álbum de versiones guitarreras

Muchas carreras se relanzan o dilatan recurriendo a los duetos, las colaboraciones o las versiones. En el caso de «Guitar heaven: the greatest guitar classics of all time», Carlos Santana recurre no a un punto de vista, sino a todos, ya que apuesta por las versiones, los invitados, los duetos, los clásicos... Un compendio de cualidades que sitúa, su álbum número dieciocho en estudio, en un lugar peculiar, y donde nadie se pone de acuerdo sobre el resultado artistico final.

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Pablo CABEZA | BILBO

En 1967 Carlos Santana Band ejerció de telonero de los Who en el Fillmore West de San Francisco, donde el mexicano inició una longeva y brillante carrera, pasando, como es lógico, por los habituales baches de quien se prolonga en el tiempo.

En aquellos primeros años Santana escribió parte de los álbumes más importantes del rock. Con alguna irregularidad, aguantó de manera coherente, hasta el inicio de la década de los ochenta. Posteriormente, la inspiración se tornó nube y, entre chaparrones y algún que otro claro, se llega a este repaso guitarrero de la historia del rock.

Qué, quiénes

La guitarra de C. Santana es la protagonista, siempre con su estilo, con su característico sostainer, el pedal wha wha, el estiramiento de las notas y el fraseo ligero y agradable, a veces empalagoso.

Santana y Clive Davis, un habitual en la vida del religioso mexicano, han seleccionado «Whole lotta love» (voz invitada, Chris Cornell, de Soundgarden), «Can't you hear me knocking" (S. Weiland, Stone Temple Pilots), «Sunshine of your love» (R. Thomas, Matchbox 20), «While my guitar gently weeps» (India.Arie y Yo-Yo Ma), «Photograph» (C. Daughtry, ganador de un American Idol), «Back in black» (Nas y Robyn Troup), «Riders on the Storm» (C. Bennington, Linkin Park, más Ray Manzarek), «Smoke on the water» (J. Shaddix, Papa Roach), Dance the night away» (P. Monahan, Train), «Get it on» (G. Rossdale, Bush), «Little Wing» (Joe Cocker) y «I ain't superstitious» (Jonny Lang).

En total, doce clásicos del rock en una hora de guitarra, con memorables recuerdos, choques de estilos que Santana uniformiza, y brillantes interpretaciones vocales.

VANGUARDIA

El Festival se caracteriza por la inclusión entre sus representaciones de las piezas más audaces y atrnazas más audaces y atrnazas más audaces y atrnacional. Así, entre lo más nuevo, cabe señalar la obra «Fuck you» del irlandes Jonny Backup, o la monodanza «Soommerband» de los islandeses Fiörmon.

Ficha

Artista: Santana.

Disco: »Carlos Santana - Guitar heaven: the greatest guitar classics of all time».

Extras: En la versión Deluxe, dos temas más y DVD, «Fortunate son» y «Under the bridge».

Momentos sublimes se cruzan con sonorizaciones previsibles y edulcoradas

No es posible definir «Guitar heaven: the greatest guitar classics of all time» ni como una obra maestra ni como una patata, el lado izquierdo del cerebro no se pone de acuerdo con el derecho, pero dentro de lo amena que resulta su escucha, queda una sombra de mala conciencia que no hay manera de solventar.

Con la colección de versiones seleccionadas por Carlos Santana y Clive Davis (productor, mánager, ejecutivo, amigo... y, en gran medida, mentor de Santana, es casi imposible que pueda labrarse un disco insulso. Al contrario, a nada que se tenga un poco de talento y un presupuesto tan generoso como el que presenta, resulta obligado e inevitable plasmar un álbum con peso. No obstante, hay momentos en los que Santana roza lo empalagoso, instantes en los que «Guitar heaven» se licúa.

De otra parte, resulta brillante y atenazante el duelo entre los originales, el nuevo aire y la calidad de los vocalistas seleccionados. Aún así, ¿alguna versión supera el original? Ninguna. Santana se enfrenta, por ejemplo, nada más abrir el disco a "Whole lotta love", Chris Cornell, voz de Soundgarden, está a la altura, francamente, y apuntala la línea que parece habérseles marcado a todos los vocalistas invitados: ser fieles a la melódia original y dejar a Santana a su bola, lo que conlleva al reconocimiento inmediato de la canción ayudada, además, por una base rítmica fiel a la estructura original; sin embargo, Carlos Santana no puede con Jimmy Page, aunque Page en directo tampoco consiguió nunca ser fiel al insólito y admirable solo de guitarra de «Whole lotta love», trucada en el estudio en exceso.

Decepciona asimismo con el aire que el guitarrista le ha dado a una de las mejores canciones de toda la historia del rock «While my guitar gently weeps». Ha querido ser original y el efecto no resulta. Se redime, al menos, con «Little wings», «Back in black», gracias al rapero Nas, y otros títulos que rozan el estándar amable, la fácil escucha y la relativa solidez. P. C.

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