GARA > Idatzia > Iritzia> De reojo

Raimundo Fitero

Malaya

Un desfile de corruptos colapsa los juzgados malagueños. Ya han pasado cinco años desde que se desencadenó una tormenta informativa alrededor del ayuntamiento de Marbella, de sus alcaldes, secretarios, concejales, abogados, constructores. Lo que se sabía desde hacía veinte años, se convirtió en considerandos, en detenciones, en entradas y salidas de comisarías, juzgados y prisiones. Una instrucción televisada en directo, al igual que ahora lo será este macro juicio que nos proporciona una suerte de mirada al retrovisor de la historia, como las cadenas de televisión se están encargando de realizar y de convertir en más audiencias.

La Operación Malaya es ahora un caso judicial que debería servir para recordar aquellos años de ladrillo y recalificaciones en donde se fraguó un sistema de connivencia entre los políticos y constructores que ha sido la fuente mayor de riego de las más variopintas corrupciones. Este caso que ahora llega a nuestras pantallas planas en un formato de género judicial, pero nunca ha salido de algunos programas de televisión. Ha sido y sigue siendo, un magma que da horas de televisión basura, en donde se ha logrado convertir la corrupción más constante y profunda en un asunto del corazón. Algunos de los protagonistas del juicio están pendientes de las cámaras porque cuanto más les enfoquen, más podrán pedir en su próxima comparecencia pública en los platós televisivos convertidos en sala de juicios, parlamento, salón de belleza, clínica de terapias de vulgarización.

Quizás lo más evidente es que estamos ante un capítulo de una enciclopedia que se sigue escribiendo. Sigue la corrupción, en ciertos aspectos matizada, camuflada, con nuevos sistemas inmunológicos, pero persiste porque parece formar parte no de lo casual o excepcional, sino de lo estructural, de lo habitual. Existe en lo local y en lo global, en pequeñas dosis o de manera descarada. Es una constante que merma ilusión, credibilidad, participación. De ahí que espacios como «La Noria» estén tan solicitados por los políticos y sindicalistas en promoción: se ha perdido el GPS de la acción política. Todos es espectáculo. Todo es Malaya.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo