«Un científico debe ser listo, tener la mente abierta y algo de suerte»
Israelí (Jerusalem, 1939), proveniente de una familia humilde y mujer hecha a sí misma, actualmente es directora del Centro de Estructura Biomolecular Helen y Milton A. Kimmelman del Instituto Weizmann. Ha sido una de las invitadas a participar en el recién finalizado Congreso Passion for Knowledge celebrado en Donostia, ciudad de la que también, confiesa, ha disfrutado.
Joseba VIVANCO
Ha sido su tercera visita a la capital donostiarra en dos años. «Me gusta mucho... ¿Cómo se dice bonita en euskara?», pregunta. El viernes, en su conferencia, saludó con un amable «eskerrik asko». Hace un año, justo una semana después de asistir a Donostia a un congreso, recibió la noticia de que era premiada con el Nobel de Química. «Ramos de flores es lo que he recibido desde entonces», sonríe. Lo suyo es arrojar luz -a través de los rayos X- al mapa atómico del ribosoma, un orgánulo celular implicado en la resistencia a los antibióticos y cuyas investigaciones están abriendo las puertas a nuevos y mejores fármacos.
Es una mujer hecha a sí misma. «Me llamaban soñadora», recuerda. Luego logró que «financiaran mis sueños». Hoy tiene un Nobel. Pero sigue peinando su «pelo de siempre», esa cabeza «llena de ribosomas».
¿Debería la gente de la calle saber qué es el ribosoma?
Todo el mundo puede saber acerca de lo que le interesa. Yo no puedo decidir sobre lo que la gente deber saber. Ellos pueden saber lo que es el ribosoma si quieren. No es tan simple.
¿Sería suficiente con que supiera sólo sus aplicaciones?
Insisto en lo mismo, en que todo el mundo puede saber acerca de lo que quiere. La gente debería saber sobre lo que es interesante para ellos.
¿Qué le parece, entonces, como científica, que la gente se preocupe más por quién gana el Mundial de Fútbol que por las investigaciones de unos Premios Nobel?
Le gente debería preocuparse de lo que le interesa. Cada uno es libre de decidir lo que es interesante, es una elección personal.
¿Esa indiferencia por la ciencia no le deja un sabor amargo?
No. Yo hago lo que es interesante para mí. Me divierto mucho haciendo ciencia por mi propio interés. Disfruto haciendo ciencia. Si hay gente con o sin interés, no es importante para mí.
Entonces, si toda la investigación queda en manos de los científicos, ¿hasta dónde deberíamos confiar en ellos?
No puedo responder a eso. Lo que conocíamos hace veinte años no es exactamente lo que conocemos ahora. Ahora conocemos mucho más. Los científicos están desarrollando conocimiento, pero confiar en ellos depende del interés que tenga la gente.
Otro Nobel que ha participado en el congreso, Roald Hoffmann, dijo que las moléculas son como los hombres, pueden curar pero también hacer daño. ¿Es ésta la espada de Damocles de la ciencia?
En mi opinión, la ciencia se puede usar para hacer bien o para hacer mal y eres tú el que decides. Por ejemplo, Nobel descubrió la dinamita para construir puentes, muros... pero más tarde se transformó en bombas, que no es precisamente en lo que Nobel estaba pensando.
Usted dice que disfruta haciendo ciencia, ¿eso es lo habitual o más bien el científico buscar resultados y reconocimiento de sus colegas?
No puedo contestar a eso porque no conozco la ciencia en el mundo entero. Pero la ciencia básica, a lo que yo me dedico, consiste en tratar de entender y en disfrutar y las aplicaciones vienen mucho más tarde.
Ese disfrutar, ¿es el mensaje que le gustaría transmitir a los futuros científicos?
Bueno, es un poco más complicado que simplemente disfrutar, porque uno puede disfrutar también nadando. Es un logro intelectual, un reto en el que se trabaja paso a paso, como un puzzle. Hay mucho de, digamos, diversión interna. El mensaje, más o menos, es que la ciencia no es sólo dedicación, sino también algo gratificante.
Que nadie se hace científico por dinero...
No, eso es una tontería. Quizá si formas parte de una empresa puedes hacer dinero, pero si empiezas pensando sólo en el dinero no podrás hacer ciencia.
Entonces, que los jóvenes aspirantes a científicos se quiten esa idea de la cabeza...
Sí. No es que yo esté en contra del dinero, sino que pienso que el dinero no debe de ser la principal razón.
Usted fue la primera mujer en 45 años en obtener el Nobel de Química, logrado sólo por otras tres mujeres, dos de ellas Marie Curie y su hija. ¿Es la ciencia cosa de hombres?
La ciencia es ciencia y los científicos son científicos. Las mujeres pueden ser tan buenas como los hombres, y quizá incluso mejores. ¿Por qué había muchos más hombres que mujeres entonces? Porque no se fomentaba entre las mujeres, porque no se les animaba a ello.
¿Le ha supuesto mucho sacrificio a usted llegar hasta aquí?
Creo que, sobre todo, he disfrutado. Por supuesto requiere tiempo, mucho pensar y una gran devoción y dedicación, pero también es divertido. Pero requiere un gran esfuerzo, como todo. Haciendo ciencia hay más malos tiempos que buenos.
Las universidades están llenas de mujeres. ¿El futuro de la ciencia tiene cara de mujer?
No puedo decirlo. No sé predecir el futuro.
¿Y tiene futuro la ciencia para quien opte por ella?
Le digo que no puedo predecirlo. Depende de la persona, de su interés y quizá de las circunstancias. Un científico con éxito debe de ser listo, tener la mente abierta y algo de suerte. Lo que esto quiere decir -y no es mío- es que debe ser lo suficientemente listo como para ver dónde está la suerte y cogerla.
«Yo disfruto haciendo ciencia. Si hay gente con o sin interés en lo que hacemos, eso no es importante para mí»
«Los científicos están desarrollando conocimiento, pero confiar en ellos depende del interés que tenga la gente por lo que hacen»