La sierra de Alaitz forma una alargada barrera hacia el oeste, prolongación de la sierra de Izko, desde el picudo Elomendi. Cierra por el sur una parte de la amplia cuenca de Iruñerria hasta desaparecer en el amplio collado de Carrascal, importante paso de las vías de comunicación hacia el valle del Ebro.

Una sucesión de alturas superiores a los mil metros confieren a este cordal de cotas rocosas un sentido de barrera bioclimática, donde se da una importante variedad de vegetación. Entre su cerrada espesura vegetal que anida en barrancos y rinconadas cohabitan especies del bosque mediterráneo y el atlántico. Sus laderas norteñas encierran el amplio valle de Elortz, un corredor abierto entre esta y la sierra de Taxoare, paso de las comunicaciones a las tierras de Zangoza y los valles pirenáicos.

La excursión que se propone es ideal para realizarla en otoño, cuando los días acortan su horario solar. El itinerario que lleva a El Fayal Chiquito, como reza la toponimia de la antigua cartografía, nos llevará a un lugar sorprendente en forma de bucle. Oculto tras el cono montañoso del Alto de las Cruces, en poco tiempo llegaremos a una amplia cazoleta escondida cubierta de densos hayedos.

El Itinerario lo iniciaremos en la parte alta de la pequeña localidad de Gerendiain (520 m.). Asentado en las faldas de la sierra de Alaitz, entre los límites de los campos de cereal y los densos encinares que pueblan la parte baja de la sierra. Antiguo Señorío, Gerendiain es un pueblo modélico por el empeño realizado por parte de sus vecinos en la rehabilitación de sus casas, su iglesia de San Juan (s. XVI) pero también de calles y jardines.

Los primeros pasos los realizaremos tras las señales del Camino de Santiago, en dirección al próximo cementerio, a la altura de una artística fuente de dos caños. Una antigua senda-camino nos llevará por las faldas de la montaña en componente este, por terreno suave, alternando bosquetes de encinas y carrascas y zonas abiertas que permiten observar la amplia cuenca de Iruñerria. Al paso dejaremos el pequeño cementerio de Ezperun, con una cruz de madera dedicada a JAA y una imagen de San Francisco de Xabier. Una vez bordeado un peñasco, daremos vista a los abandonados barracones de una antigua cantera hasta desembocar en la pista que une Ezperun y el desaparecido caserío de Alaitz.

Una vez en la pista, continuaremos por ella, abandonando el Camino de Santiago que sigue en dirección a Iarnotz y Elo, para iniciar una constante subida por un terreno que se irá cubriendo de bosque autóctono con encinas y robles hasta alcanzar un portillo. Poco después nos situaremos en un collado bajo el pico de Las Cruces, que encierra el pequeño y estrecho barranco de Errakazaharra. De este lugar, una amplia pista de tierra nos llevará por terreno llano al interior de un denso y sorprendente hayedo hasta el borde de los prados que cubren el fondo de la amplia cazoleta del Fayal Chiquito.

Antes de entrar en este islote de verdes prados rodeado de un hermoso hayedo, donde se entremezclan tilos, avellanos y espinos blancos, hemos de observar a la derecha un amplio camino tapizado de hierba por el que, una vez realizada una vuelta por los prados de este idílico lugar, subir por ella más tarde para regresar a Gerendiain.

Este camino que pronto nos adentrará en el interior del hayedo se convertirá más tarde en senda, a la altura de una llamativa haya de seis troncos. De aquí la senda, jalonada de tiras de plástico rojo nos llevará en un nervioso culebreo por los flancos de la montaña hasta salir a un amplio collado herboso, abierto entre la cumbre del Alto de la Cruz y la principal de la sierra de Alaitz. De este lugar, sin senda definida podremos alcanzar en 0h15 la picuda cumbre del Alto de la Cruz.

Un mojón de piedras nos indicará la senda de regreso, al principio entre el hayedo y más tarde por terreno más abierto, cubierto de arbustos que nos llevará tras varias revueltas nuevamente a Gerendiain.