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Crónica | Elecciones de medio mandato

Los ultraconservadores y el dinero animan la campaña estadounidense

El dinero y las posiciones ultraconservadoras en el campo republicano son hoy en día animadores destacados de la campaña electoral en Estados Unidos con rumbo a los llamados comicios de medio término del 2 de noviembre.

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Luis BEATON Prensa Latina

La candidata republicana a la gobernación de California, Meg Whitman, batió el récord estadounidense de gasto personal en una contienda electoral tras invertir 119 millones de dólares en su promoción política, indicó la CNN. La aspirante dejó atrás la cifra de 110 millones de dólares de su fortuna personal que invirtió el independiente Michael Bloomberg para los comicios de 2009 en los que salió reelecto alcalde de Nueva York. El diario californiano «La Opinión» sostiene que Whitman lleva a cabo la cruzada más cara en la historia de ese Estado con unos 230 millones de dólares en su empeño por derrotar al fiscal general de California, el demócrata Jerry Brown, y suceder a Arnold Schwarzenegger al frente del gobierno estatal.

Pese a la inversión, la ex presidenta de Ebay (la mayor red de subastas por Internet que existe) sólo adelanta a su opositor por dos puntos, 48% frente al 46% en el apoyo de los votantes, según CNN, aunque un sondeo del Instituto Field la pone tres puntos por debajo, el 40% contra el 43%, entre los latinos.

Whitman gasta en promedio diario en la puja 531.378 dólares, y Brown sólo 1.032. La ex empresaria tiene unos 14.000 millones de dólares en capital personal.

En esta lucha, el voto de los latinos tiene un gran peso y esa comunidad, tradicionalmente inclinada hacia los demócratas, está recelosa: si es electa la republicana, podría impulsar políticas duras contra los inmigrantes indocumentados, entre otras acciones negativas.

Otra de las campañas en el campo republicano donde corre el billete verde es la que desarrolla la ex presidenta de la empresa Hewlett Packard (una de las mayores del mundo en tecnologías de la información), Carly Fiorina, quien aspira a sustituir en el Senado a la demócrata por California Barbara Boxer. La aspirante ya gastó 5 millones de dólares para vencer en las primarias y debe incrementar ampliamente la suma para desbancar a la senadora.

La extrema derecha

No obstante, Fiorina mezcla el apoyo de los ultraconservadores, con el espaldarazo de la ex gobernadora de Alaska, Sarah Palin, y los recursos financieros. Palin es una de las cabezas visibles del Tea Party, el movimiento de conservadores de base que surgió como una protesta contra el gasto público excesivo y la reforma sanitaria y que transformó en realidad la inclinación hacia la extrema derecha del Partido Republicano.

Ese grupo anunció recientemente una nueva contribución «anónima» de un millón de dólares que destinará a movilizar votantes para las elecciones, algo indicativo de que es una fuerza a considerar el próximo mes de noviembre.

Una encuesta de la firma Gallup, especializada en sondeos de opinión, muestra un empate virtual de cara a la cita con un 46% de los consultados a favor de los demócratas, que tienen ahora la mayoría en el Congreso, y un 45% para la oposición.

Al respecto, los conservadores amenazaron con redoblar esfuerzos para que ese equilibrio se rompa a favor de la derecha más extrema.

El empuje del Tea Party coincide con un creciente flujo de fondos a arcas republicanas.

Según informes de prensa, los comités de acción política (PAC, por sus siglas en inglés) de las grandes empresas del país han comenzado a dar la mayoría del dinero a candidatos republicanos, revirtiendo la tendencia de los tres últimos años.

Mientras otros grupos proclives a la oposición, American Crossroads y Crossroads GPS, creados por Karl Rove, el gurú que llevó a George W. Bush a la presidencia, y Ed Gillespie, otro asesor político, recaudaron ya 32 millones de dólares este año.

Detrás de esto están las grandes empresas que tras un fallo del Tribunal Supremo en enero, pueden hacer contribuciones, sin límites, a las campañas.

Los del rifle

El protagonismo de los conservadores no sólo se ve contra los demócratas, sino también en sus elecciones internas. Por ejemplo, en las primarias en Utah, el senador republicano Bob Bennett quedó fuera de la lista republicana para noviembre. El político, pese a completar tres periodos en el Capitolio, recibir el apoyo de la conservadora Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), y del ex precandidato presidencial Mitt Romney, se topó con el descontento de un grupo creciente de ultraconservadores.

Pero, pese a ese protagonismo de la ultraderecha, en general, algunos analistas estiman que sus candidatos espantarán al votante independiente de centro y finalmente acabarán dando su voto a los demócratas. Por lo pronto, Don Dinero y los ultraconservadores continuarán animando las elecciones, todo un reto para los que gustan de predecir vencedores.

 

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