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Rousseff y Serra tratan de atraer los votos de la ecologista Marina Salva

El destino del 20% de los votos que la candidata del Partido Verde (PV), Marina Silva, obtuvo en la primera vuelta de las elecciones presidenciales brasileñas pueden ser determinantes para decidir quién regirá el gigante latinoamericano. Por eso, tanto el PT de Dilma Rousseff como el PSDB de José Serra tratan de atraer a los votantes de Silva, prestando atención a temas medioambientales que pasaron desapercibidos en la primera vuelta.

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La candidata del Partido Verde (PV) a la Presidencia de Brasil, Marina Silva, confirmó el lunes que los dos aspirantes a la Jefatura del Estado en la segunda vuelta se han puesto en contacto con ella, pero rechazó haber decidido a cuál darle su apoyo.

«En cuanto a los candidatos, ambos me llamaron para felicitar la contribución que hicimos al país, las propuestas que presentamos y ambos manifestaron deseo de tener la oportunidad de conversar», dijo Silva en una breve rueda de prensa celebrada en Sao Paulo.

La senadora se situó en tercera posición en los comicios a la Presidencia, celebrados el domingo, con cerca de 20 millones de votos, que corresponden al 19,33% de los sufragios.

La política del PV reiteró que «todavía» no ha decidido si ofrecerá su apoyo a la candidata oficialista Dilma Rousseff o al opositor José Serra, que se disputarán la segunda vuelta al sillón presidencial el próximo 31 de octubre.

Según Silva, el año pasado la coordinación del PV determinó que en el caso de que hubiera una segunda ronda electoral, la decisión de la formación sería adoptada en una convención, para la que no fijó fecha.

Sin embargo, la abanderada de los ecologistas se mostró confiada en que la postura sea adoptada en «un plazo máximo de quince días».

«Queremos un proceso abierto, transparente, democrático, a la altura del que fue el resultado del proceso político que vivimos en esta alianza con los núcleos vivos de la sociedad», declaró Silva.

Silva, disidente del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula y Dilma Rousseff y ministra de Medio Ambiente entre enero de 2003 y mayo de 2008, añadió que su decisión estará en consonancia con sus ideas políticas.

«Voy a vivir el proceso, voy a conversar con los diferentes segmentos de la sociedad y voy a participar de la convención», dijo para agregar: «Voy a ser coherente con mis convicciones».

La senadora calificó de personal la postura manifestada el lunes por el diputado Fernando Gabeira, influyente líder de su partido, quien anunció su apoyo a Serra en la segunda vuelta de las presidenciales.

Gabeira, quien aspiraba a la Gobernación de Río de Janeiro y fue derrotado el domingo por Sergio Cabral, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB, centro), fue el primero de los dirigentes del PV que hizo pública su posición de cara a la segunda vuelta, que se celebrará el último domingo de octubre.

Silva avanzó que la segunda vuelta es «una nueva elección y una segunda oportunidad tanto para los que forman parte del proceso como para los que están ayudando a formar la opinión sobre él».

Mientras, tanto el PT como el PSDB se preparaba ayer para la segunda vuelta. El todavía presidente Lula da Silva convocó a los gobernadores y senadores para preparar la estrategia de apoyo a Rousseff, en la que atraer al voto cristiano y ecologista de Marina Silva es crucial. Rousseff, que tuvo serias discrepancias con ella cuando ambas eran ministras, dijo que tenían muchas cosas en común.

Serra, por su parte, que protagonizó un duro enfrentamiento con la ecologista en la campaña, dijo ayer que se siente «muy cercano al PV. Podemos aproximarnos. Espero que lo hagamos».

medio ambiente

«El medio ambiente deberá ocupar un lugar privilegiado en la agenda de los candidatos, que hace meses apenas le prestaban atención», declaró el politólogo y analista Rodolfo Teixeira.

greenpeace

«Se ha acabado el mito de que un político que defiende el medio ambiente pierde votos. Los diputados que defienden la deforestación de la Amazonia son quienes han perdido votos», destacó Greenpeace.

Defensa ambiental con postulados conservadores y evangélicos

A diferencia de lo que sucede en Europa, el movimiento ecologista en Brasil y el resto de Latinoamérica no se ubica en la izquierda del espectro político, según destaca el analista Isaac Bigio.

En este sentido, Bigio subraya que Marina Silva, pese a haber militado en el PT de Lula da Silva, es extremadamente conservadora. «Marina es una evangélica creacionista y hostil al aborto y las uniones gays», señala, comparándola con la ultraconservadora ex gobernadora de Alaska Sarah Palin.

Al igual que Palin, Silva proviene de uno de los estados más apartados y nuevos de su país, Acre, un territorio que no perteneció al Imperio portugués, sino que fue colonia española. En 1899 Acre proclamó su independencia de Bolivia y en 1903 fue absorbido por Brasil. Su población entonces estaba formada mayoritariamente por «siringueiros» o recolectores de caucho.

Acre es la región que latinoamericana está más alejada del mar y es una de las zonas que más padecen la deforestación debido a la tala de bosques, su principal actividad económica, por lo que también es donde el ecologismo tiene mayor fuerza.

El candidato a vicepresidente que conformaba la lista con Silva era Guilherme Leal, uno de los mayores multimillonarios brasileños.

«Los verdes `brasileiros' no presionarán a ambos candidatos para que se muevan a la izquierda, sino hacia el centro», destaca Bigio, quien recuerda que el colombiano Antanas Mockus tampoco mantuvo contacto con el Polo Democrático. Martxelo DÍAZ

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