Prometía mucho en el fútbol charrúa -su traspaso al calcio estaba apalabrado-, pero una grave lesión de rodilla frenó su carrera hace seis meses. Ese contratiempo y el interés de Martín Lasarte han terminado por materializar su llegada a la Real. Diego Ifrán es una incógnita, pero, al menos, su recuperación va por buen camino. Ayer entrenó con el resto de sus compañeros por primera vez.

«Hay algunos trabajos que no voy a poder hacer con el resto del grupo y que tendré que hacerlos solo, pero poder compartir algunas prácticas con todo el plantel ya es algo muy lindo para mí. Hace ya un tiempo que me ejercito en definición y golpeo, y me he sentido bien», explicó el delantero.

Lógica su alegría teniendo en cuenta que ya ha pasado más de medio año desde que el pasado 18 de marzo se produjese una rotura del ligamento cruzado de su rodilla. El futbolista txuri urdin reconoció que en ciertos momentos tiene «ansiedad» por volver a jugar y que sus cuidadores deben frenarle a la hora de practicar ejercicios para su restablecimiento.

Lo que más le preocupa no es tanto una recaída -«ese miedo ya lo he dejado atrás»- como un «cierto temor con los giros y movimientos bruscos, que es uno de los principales factores en los que trabaja la rodilla». Ifrán quiere ayudar cuanto antes a sus compañeros, a quienes ha visto «jugando muy bien, pero estamos un poco pasivos en el tema de la definición, tendríamos que buscar un poco más el remate largo»,

Aclimatación

Además de superar su lesión, el atacante uruguayo ya es consciente de que va a tener que pasar por un periodo de aclimitación respecto al estilo de la Liga española. «Voy a tener que acostumbrarme al tipo de juego de aquí, que es totalmente diferente al que he estado jugando hasta ahora».

En cualquier caso, lo que más le ha sorprendido es que no hay tanto desequilibrio en este torneo como le habían comentado. «No hay esa diferencia tan enorme entre los diferentes equipos, la Real les ha jugado bien a todos los rivales a los que se ha enfrentado», dijo.