GARA > Idatzia > Kultura> Musika

IMANOL UBEDA Voz y guitarra de Bide Ertzean

«Me alegro mucho de que a Ken Zazpi o a Berri Txarrak les vaya tan bien...»

Una docena de años lleva Bide Ertzean dibujando canciones de sensibilidad pop con encuentros rock. «Don inorrez» mantiene el histórico tono cálido, pero dramatiza aún más los tiempos y melodías trasladándolos hacia el sonido americana, los espacios y la belleza.

p044_f02_97x135.jpg

La mayoría de los aficionados a la música prefieren comprar discos internacionales (y pocos) que apostar por las buenas y comprometidas formaciones locales. Bide Ertzean pueden sustituir a muchas compras foráneas dirigidas hacia artistas de marcada sensibilidad, aquellos que orientan sus sonidos hacia el folk-rock, la americana, el pop sutil o el rock de raíz. «Don inorrez» es el mejor álbum que nunca haya grabado la banda de Tolosa. Es la propuesta más cautivadora creada por los hermanos Ubeda, Imanol y Joni, más el trabajo de Fran Iturbe, Joserra Senperena, Karlos Arancegui e invitados. Ni siquiera la frescura del debut puede con la evocación, la profundidad y la melancolía de «Don inorrez», donde las canciones rasgan con algodón cada minuto que da vueltas, cada evocación crespuscular.

A Quique González no le faltarán canciones, pero seguro que no le hubiese importado ser el compositor de muchas de las canciones de «Don Inorrez».

Lo hizo muy bien hace cuatro años cuando se acercó al estudio a cantar con nosotros en el tema «Non dira» (título y canción del anterior disco de Bide Ertzean). Le puso tanto empeño que hoy en día lo escuchas y parece que la canción es suya. Quique es uno de esos pocos artistas que nos tiene totalmente atrapados. No somos nada mitómanos, la excepción quizá la haríamos con él. Pero el gran González es de por sí un artista prolífico; es más, también ha compuesto para otros artistas. Escribe mucho y muy bien, por lo que no creo que le falten canciones. Pero se agradece el cumplido.

Los ritmos medios siempre han sido la mejor medida de Bide Ertzean y, tras la escucha del nuevo disco, no hay duda posible.

Probablemente sea así. La base rítmica es muy importante en una banda y creo que Joni (bajo) y Karlos (batería) se complementan muy bien. Eso hace que todo ruede como es debido. Cada canción tiene su propio tempo, su propia cadencia, pero es verdad que en nuestro repertorio son mayoría las canciones de tiempos medios.

San Josera bidean» termina con un «No woman no cry», un añadido al texto original que queda como un homenaje a Bob Marley. Algo curioso.

La verdad es que para la parte final de la canción, no encontramos nada mejor ni nada más adecuado para expresar precisamente eso mismo, «No woman no cry». Al principio lo dejamos correr, nos hacía incluso gracia. Pensábamos, no obstante, que ya se nos ocurriría algo. Pero es una de las nuevas canciones que ya hemos ido tocando este último año en los directos, y al final, la frase se ha incrustado de tal manera en la canción que ha sido imposible reemplazarla.

En realidad, ustedes toman letras de muchos escritores (poetas...), pero suele ser habitual que cambien algo el texto.

Nosotros siempre reseñamos en los libretos de los discos que lo que hacemos es adecuar los poemas a nuestras melodías. Evidentemente, contamos con el beneplácito del propio escritor. En ese sentido, es de agradecer la comprensión que siempre nos han demostrado.

¿Estamos hablando del disco más íntimo que han compuesto? ¿Es casualidad, evolución, la vida...?

Era el momento de hacer este disco. Era los más honrado, lo más sincero. Algo que valoramos mucho también en otros creadores. Cada momento requiere una banda sonora concreta y en estos tiempos tan inciertos, nuestras «películas» nos pedían estas canciones.

Además, el uso de la cuerda profundiza ese carácter melodramático del álbum.

Es un auténtico placer poder contar con Joserra Senperena que además de ser un gran compositor y un gran músico, también tiene el don para hacer arreglos orquestales. Ya lo hizo muy bien con La Buena Vida o con Mikel Erentxun. Y esta vez ha vuelto a bordarlo. Fue muy bonito verle dirigir a la orquesta de cuerda compuesta por ocho músicos, casi todos de la Orquesta Sinfónica de Euskadi. Creo que supo leer muy bien cada canción y gracias a eso hay momentos muy intensos.

Si fueran Ken Zazpi, esa demoledora balada «Ez nau inork espero», aun con las diferencias de estilo y tratamiento, sería una de las canciones más acompañadas del directo. ¿Se asume la impotencia de que la popularidad no sea tal y que cada uno porta su destino?

Si fuéramos Ken Zazpi, probablemente no existiría esa canción. Me alegro mucho de que a Ken Zazpi o a Berri Txarrak les vaya tan bien, porque eso demuestra que el idioma no tiene por qué ser necesariamente un impedimento para llegar al gran público.

¿Tienen defensa en el caso de que alguien comente que les falta marcha? Ya saben, un país donde lo típico es la marcha.

A alguno de nuestros amigos le ha costado cogerle la medida. Sobre todo porque aún está próximo el «Leidor Sessions», CD-DVD en directo que publicamos hace ahora un año. Fue una sesión increíble, con la sala a tope, y la banda en estado de gracia. Tiene algo de eufórico y enérgico. Por contra, «Don Inorrez» es totalmente diferente. Además, todos los discos posteriores a los directos tienen un gran reto por delante. Tienen que superar canciones ya consagradas. De ahí que el hándicap de este disco sea aún mayor. Artísticamente podríamos haber tirado para otro lado, pero éste era el momento adecuado para presentar esta colección de canciones.

Joseba Ponce (Dut, Kuraia) ha acertado con la portada y la conexión con el interior.

Por primera vez no ha sido Garbiñe Ubeda (hermana, escritora, periodista, ilustradora...) la que ha diseñado la portada del disco. Pero creo que Joseba Ponce ha sabido seguir esa línea tan elegante y tan particular que definió Garbiñe desde nuestro primer disco. Con «Don Inorrez», Joseba ha trabajado mucho y muy bien.

 

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo