La cifra de muertos por las inundacione sen Camboya, Filipinas, Tailandia y Vietnam superó ayer el centenar, mientras miles de personas dependen de la asistencia que distribuyen las autoridades y organizaciones humanitarias, informó Efe.

El nivel de las aguas comenzó a remitir en algunos territorios, pero el peligro continúa y empeorará en áreas de Camboya y Vietnam, cuando los fuertes vientos y lluvias que acompañan al tifón «Megi», el más poderoso en los últimos veinte años en la zona, alcancen el sábado la región, después de golpear Filipinas con vientos de 250 km/h.

En Vietnam, han muerto ya 74 personas, tras recuperarse los cadáveres de 15 de los 20 desaparecidos cuando un autobús cayó el lunes al río Lam arrastrado por las aguas. 270.000 casas han quedado anegadas y unas 56.000 hectáreas de cultivos han sido arrasadas. En Camboya, han muerto ya ocho personas.

En Filipinas, los muertos son ya 19 y hay 630.000 afectados. Unas 19.000 casas han quedado destruidas y 63.000, dañadas, y vitales tierras de cultivo han sido arrasadas. Miles de familias han sido evacuadas.

En Tailandia, donde se han registrado al menos 17 muertos y hay casi un millón de personas sin hogar, las lluvias continúan y amenazan con inundar Bangkok.

Aunque «Megi» parecía perder fuerza, los países del sudeste asiático se preparaban para su llegada mañana. Más de 160.000 personas fueron evacuadas en Fujian y Guangdong -donde las olas alcanzaban los siete metros de altura-, en el sureste de China, y más de 53.000 barcos de pesca regresaron a puerto, tras decretarse la alerta roja que advertía de que el tifón puede causar graves daños en la costa.