La fiscal pide 11 años de cárcel para la mujer de Tafalla acusada de matar a su marido
La Fiscalía pidió ayer once años de cárcel, por «homicidio», para la mujer acusada de matar el pasado año en Tafalla a su marido en el transcurso de una pelea. La defensa mantuvo su solicitud de absolución.GARA | IRUÑEA
Después de tres días de vista oral, en los que tanto la acusada, Pilar M.R., como sus cinco hijos han relatado los malos tratos físicos y síquicos a los que les sometía José Antonio G.S., ayer concluyó el juicio con la exposición de los informes finales.
Pilar M.R. declaró que su marido falleció después de clavarse accidentalmente el cuchillo que ella sostenía para defenderse de él durante una agresión en noviembre de 2009, cuando se encontraban en el domicilio conyugal de Tafalla.
La fiscal expuso como argumento principal para su acusación el testimonio de los peritos forenses y policiales, que anteayer consideraron «poco probable» la versión de la acusada, dada la trayectoria descendente de la herida que causó la muerte del hombre. Por ello, la acusación sostiene que le clavó el cuchillo «de una manera intencionada, consciente y deliberada», así como que «en ese momento» deseó «causar la muerte» a su marido. Solicitó, además, que se aplique la atenuante de arrepentimiento espontáneo y la agravante de parentesco.
También reconoció que la cuchillada estuvo precedida de una discusión en la que hubo violencia, como demuestran los hematomas de la mujer, pero indicó que «los dos se enfrentaron» y que Pilar M.R. reaccionó de forma «excesiva y desproporcionada».
El Ministerio Público considera «imposible» que la muerte se debiera a que el hombre cayera sobre el cuchillo, alegando que hubiera dejado una herida de trayectoria ascendente y perpendicular, cuando la autopsia revela que fue descendente y lateral, propia de una puñalada «intencionada».
En su informe final, la fiscal rechazó que la mujer actuara bajo un «pánico horroroso», ya que «miedo tuvo, pero en modo alguno de la magnitud necesaria para justificar una conducta como la desarrollada» ante un hombre que ella misma definió como «mayor y enfermo».
Respecto a la tesis de la defensa de que la acusada sufría el «síndrome de la mujer maltratada», la fiscal comentó que «pudo existir un maltrato inicial, pero no un maltrato final», y que «no lo hay en los últimos 15 años», desde que a él le diagnosticaron cirrosis hepática.
Por su parte, la defensa de Pilar M.R. pidió su libre absolución por entender que los hechos no son constitutivos de delito al considerar no demostrado cómo acabó el cuchillo en el pecho de la víctima. Alternativamente, los calificó como «homicidio doloso» con las eximentes de «legítima defensa» y «miedo insuperable», que, si no son consideradas de forma completa, podrían penarse con hasta año y medio de cárcel. Y propuso una tercera opción, la de «homicidio imprudente», que conllevaría una pena de seis meses de prisión.
«Carácter violento y agresivo»
El abogado reiteró que las «agresiones y vejaciones» se prolongaron durante los 44 años de matrimonio y, aunque él estaba enfermo, mantenía su «carácter violento y agresivo». Sobre el momento de los hechos, tras admitir que hubo un forcejeo entre ambos, indicó que la mujer «ha dicho siempre y ha demostrado con sus hechos que no tuvo intención de matar», al tiempo que consideró que José Antonio G.S. «tenía la intención de acabar con la vida» de ella, quien «creyó fundadamente» que él le iba a matar.
«Ella cogió el cuchillo porque era la única manera que tenía de defenderse, y el único móvil fue su profundo temor de que él acabara con su vida», añadió.
El magistrado que presidió la vista oral, y que el lunes entregará al jurado las preguntas objeto de veredicto, dio la última palabra a la acusada, quien visiblemente emocionada se dirigió al jurado para recomendarles que «piensen en todo lo que hemos sufrido mis hijos y yo, y obren en consecuencia».
«No voy a levantar la cabeza de ninguna de las maneras, me condenen o no», dijo Pilar M.R., de 64 años, quien aseguró que su vida «está rota» aunque piensa que podrá «sobrellevarla» gracias al apoyo de sus hijos.
«No voy a levantar la cabeza de ninguna de las maneras, me condenen o no», declaró Pilar M.R. al término de la vista oral. También dijo que su vida «está rota» y que confía en contar con el apoyo de sus hijos.