Catorce jóvenes detenidos, otro más retenido en su domicilio y seis buscados por la Policía española es el balance provisional de otra macrorredada contra la juventud vasca, producida once meses después de la que batió récords con 34 detenidos y realizada con la misma excusa: «Desmantelar la dirección de Segi».

La operación lleva la firma del juez Fernando Grande-Marlaska, galardonado por el Ministerio del Interior recientemente, y sirvió de preludio a la primera comparecencia de Alfredo Pérez Rubalcaba en sus nuevas responsabilidades de vicepresidente y portavoz del Gobierno, añadidas a las de ministro del Interior. Desde la sala de prensa de La Moncloa, y sin concretar ni individualizar acusación alguna, Rubalcaba argumentó que han detenido a estos jóvenes para impedir «que ETA rehaga su cantera». «Tantas veces monten Segi, tantas veces la Policía actuará», amenazó.

La lectura generalizada en Euskal Herria es que la operación tiene objetivos políticos, sobre todo tranquilizar al PP, que un día antes había expresado sus recelos sobre la posición del Gobierno del PSOE después de que José Luis Rodríguez Zapatero dijera que la izquierda abertzale ha dado pasos «que no serán en balde».

Camisetas, pegatinas, banderas

Pese a la insistencia en intentar ligar a los detenidos con ETA, en sus domicilios no se encontró nada relevante, aunque sí documentos políticos. Según destacaron los familiares que presenciaron los registros, la Policía española insistió en llevarse todo: desde pegatinas a camisetas o banderolas por la repatriación de los presos. Además, los uniformados aprovecharon para irrumpir en varias herriko tabernas y gaztetxes.

La inminencia de esta nueva redada era conocida tanto en círculos mediáticos de Madrid como en entornos políticos vascos, según quedó patente a lo largo del día. El Ministerio del Interior activó finalmente la operación horas antes de que Rubalcaba se estrenara en la sala de prensa, y horas después de que el PP expresara su preocupación por las palabras de Zapatero del miércoles.

Desde el primer momento se filtró que las detenciones rondarían la veintena, aunque finalmente fueron catorce los jóvenes capturados. El movimien- to pro-amnistía informó de que se busca a seis más a los que no se halló en sus domicilios.

Los arrestados son los alaveses Igarki de Robles y Marina Sagastizabal (capturada en Barcelona), los guipuzcoanos Julen Zuaznabar y Ainara Ladrón, los vizcainos Xabat Morán, Imanol Beristain, Xabi Bidaurre, Ikoitz Arrese y Rubén Villa, y los navarros Ibon Esteban, Ander Maeztu, Egoi Irisarri, Imanol Salinas y Xabier Arina. Las FSE no encontraron a Bergoi Mardaraz y Alaia Zaldibar, en Gasteiz; Beñat Lizeaga, en Zumaia; Aitziber Plazaola, en Bergara; Jazint Ramírez, en Intxaurrondo; y Endika Pérez, en Larrabetzu. Y anoche seguían reteniendo en su casa de Elgoibar a Edu Castillo. Tras estar varias horas desaparecido, los vecinos lo encontraron allí, «secuestrado» según explicaron por agentes policiales que matizaron que no estaba detenido.

Encontronazo verbal y cargas

Los arrestados han sido incomunicados por el juez Grande-Marlaska, y se ignora su paradero exacto. La posibilidad de que se les someta a torturas fue motivo de un encontronazo verbal en Donibane (Iruñea) entre el padre de Egoi Irisarri y el mando policial, según explicó el movimiento pro-amnistía. Primeramente, el familiar indicó al policía que estas redadas tienen que acabar, a lo que éste le respondió que «para eso tienen que cambiar muchas cosas». El padre le espetó entonces que tienen que terminarse métodos como la aplicación de «la bolsa» -denunciada por casi todos los últimos arrestados- y el agente replicó que ni él ni sus policías hacen tal cosa.

El movimiento pro-amnistía expresó su alarma por el riesgo de tortura, y recordó que durante este 2010 ya son 49 los ciudadanos vascos detenidos que la han denunciado. Como valoración política, consideró además que estas redadas buscan «debilitar el movimiento independentista» y llamó a la ciudadanía a «demoler el muro del no».

La organización señalada en esta redada, Segi, emitió desde Baiona una nota en la que valora que «el Estado ha entendido nuestra apuesta, y es consciente de nuestra capacidad y determinación. Con este nuevo ataque no hacen más que probar que hemos tomado el camino correcto».

Al menos en tres puntos hubo cargas policiales contra las personas congregadas para apoyar a los arrestados, tanto por la noche como durante el día de ayer, cuando fueron llevados a los registros. En Burlata, una persona resultó herida por un porrazo en la cabeza. Las televisiones captaron también imágenes de golpes con la porra en Bilbo. Y otro tanto ocurrió en Erromo, al atacar a quienes apoyaban a Imanol Beristain.

Algunos de estos jóvenes ya estaban amenazados al haber aparecido sus nombres en las denominadas «listas negras». Es el caso de los navarros Xabier Arina y Egoi Irisarri, que se habían ofrecido a comparecer ante el juez. Otro de ellos, Imanol Salinas, fue juzgado en la Audiencia Nacional hace tres semanas.

La operación se produjo justo el mismo día que se consumó la entrega al Estado español de Zuriñe Gogenola, Artzai Santesteban y Fermín Martínez, que han pasado varios meses presos en Italia tras ser buscados desde la macrooperación de noviembre pasado. Los tribunales italianos habían avalado recientemente esta euroorden, después del rechazo inicial de la Fiscalía.

GaztEHerria y movilizaciones

A media tarde, una representación de la plataforma juvenil GaztEHerria comparecía en Bilbo para afirmar que «las detenciones arbitrarias son una realidad inaceptable en un sistema democrático, especialmente grave en el caso de militantes que han desarrollado públicamente su actividad política. Hoy hemos visto cómo las personas arrestadas han sido sometidos a un brutal linchamiento público pasando por encima de la presunción de inocencia, cómo han sido víctimas de graves acusaciones sin que hayan tenido oportunidad de defenderse y sin ser siquiera juzgados».

«Como firmantes del Acuerdo de Gernika», denuncian además «la intención política de la redada, que supone una nueva zancadilla a la oportunidad de paz». Y animan a participar en las movilizaciones que se convocarán próximamente y «a seguir trabajando en la defensa de todos los derechos para todos».

No tardaron en llegar movilizaciones espontáneas ante locales como el gaztetxe de Gros, donde se repartió información. En el instituto de Plentzia se reunieron 70 personas, en Donibane (Iruñea) 100, en Gares 25, en Aretxabaleta 50, en Urduña 43, en Deba 50, en Algorta 54, en Zarautz 220, en Zumaia 500, en Larrabetzu 195, en Orereta 219, en Santurtzi 250, en Errotxapea 140 (dispersados por la Policía), en Astigarraga 150, en Galdakao 400, en Oiartzun 108, en Santutxu 1.000, en Gasteiz 800, en Sestao 300, en Olazti 90, en Erromo 600... Segi protestó ante el Consulado español en Baiona.