CRíTICA cine

«Stone»

Koldo LANDALUZE

Nueve años después de compartir escenas en la película de Frank Oz “Score (Un golpe perfecto)”, Robert de Niro y Edward Norton se han vuelto a reencontrar en este oscuro thriller cuyo interés se diluye más rápido que el descorche de una botella de gaseosa. Es una lástima que tras el contundente prólogo, John Curran –autor que venía avalado por la excelente “El velo pintado”– se haya equivocado por completo del rumbo que preveía semejante tarjeta de presentación.

A pesar de que muchos hayan achacado buena parte de los males que acarrea este proyecto a las interpretaciones brindadas por la estelar pareja protagonista, se intuye que buena parte del lastre que arrastra este confuso drama que pretendía ser carcelario, se debe al guión escrito por Angus MacLachlan el cual, a su vez, es también el autor de la obra teatral en la que se basa esta realización. El perfil y desarrollo de los personajes es muy pobre y apenas se esbozan elementos que hayan permitido a los actores enriquecer sus respectivos papeles. Todo es difuso y extremadamente farragoso y, para colmo de males, la trama deriva hacia senderos en los cuáles el guionista se pierde en su intento por abordar demasiadas cuestiones relacionadas con el paso del tiempo, las relaciones matrimoniales, la religión y, por supuesto, el sexo. Todo ello se convierte en un campo de minas que, quizás, en manos mucho más expertas –quizás las de un Paul Schrader en plena forma–, hubiese dado mucho más de sí.

Tampoco Curran se salva de la quema debido a un fallido estilo que a base de querer ampararse en un sello demasiado autoril, su acabado final se asemeja más a ese tipo de producciones televisivas tremebundas que tanto abundan en las tardes dominicales. Lenta, descaradamente maniquea y con moraleja final, “Stone” es un producto que aburre y ni siquiera da margen al espectador para que pueda disfrutar con las interpretaciones de un reparto atrapado en la propia mediocridad de una historia como tantas otras.