El domingo se presentó, con la mayor de las pompas y en el Kursaal, la propuesta del Máster Plan para la ordenación de la zona de servicio del Puerto de Pasaia. Una propuesta elaborada a instancias de la Cámara de Gizpuzkoa, en el seno de Gipuzkoa Aurrera y que ha contado con la inestimable colaboración y financiación de la Diputación de Gipuzkoa.

Un proceso que no sólo ha marginado a los ayuntamientos, despojándolos de la competencia más importante que tienen para definir el planeamiento de sus pueblos, sino que ha pasado de la ciudadanía, de sus problemas, de sus necesidades, de un análisis compartido del territorio sobre el que pretenden actuar.

Se nos vendió esta propuesta como un proceso plural, que iba a dar cauce a la participación activa de la ciudadanía, y la única vía que hemos tenido quienes vivimos y trabajamos aquí ha sido la de una página web a través de la cual podíamos hacer nuestras sugerencias.

Todo el Máster Plan es una enorme troqueladora que, sin el más mínimo rigor ni análisis de la realidad socio urbanística de Pasaia y su comarca, se dedica a colocar los mayores aprovechamientos posibles que den al puerto la quimera con la que poder financiar el Puerto Exterior. Y así se permiten el lujo de colocar más de cuatro mil nuevas viviendas en un entorno que todos los documentos hasta el momento elaborados fijan como uno de los más densamente poblados en tres de los siete territorios de Euskal Herria, fijan los parámetros de equipamiento alrededor del 10% de lo que se construye y unas superficies comerciales y terciarias cuyo peso proporcional no favorece la entrada de nuevas economías que relancen la situación de declive en la que estamos.

Todo menos una apuesta decidida por la regeneración urbanística y socioeconómica que durante tantos años les ha servido de excusa para tenernos engañados. Pero los y las pasaitarras somos perfectamente conscientes de lo que pretenden.

Lo que han planeado es utilizar el suelo, el dominio público para especular, para lucrarse y poder así financiar una infraestructura que sólo responde a los intereses de los lobbies económicos y energéticos. Queda claro quién maneja de verdad los hilos: el verdadero poder, el del capital.

El PNV y el PSE, fieles servidores de ese poder económico, no tienen alternativa. La izquierda abertzale ha demostrado con su trabajo y los logros alcanzados que la estrategia de la construcción de la participación y la decisión popular se puede y se debe articular. Hemos sabido estructurar desde el poder institucional establecido, mecanismos a través de los cuales los diferentes sujetos implicados han interactuado, dejando fuera los modelos paternalistas y populistas que no visualizan más allá de lo que al actual sistema informa, estructurar el poder popular.

Queremos dejar claro que Pasaia no está en venta, por mucho que siga siendo uno de los puntos de acuerdo presupuestario entre España y el PNV. La ciudadanía de Pasaia ha construido, con muy poco dinero y con mucho esfuerzo, una propuesta ciudadana de Ordenación Urbanística para la zona de La Herrera. Ésta es la única propuesta construida en consenso, sin exclusiones. Una propuesta ciudadana en valor, nacida del pueblo que ha puesto todo su buen hacer, dignidad, tesón y argumentos para definir qué modelo quieren construir. Éste es un modelo basado en las necesidades de toda la ciudadanía que vive y trabaja en Pasaia, un modelo sostenible que no pretende obtener beneficio económico alguno para otros intereses y que hacemos nuestro sin ningún género de dudas.

El resultado final va a depender de cada uno de nosotros y nosotras: garantizar que esa propuesta sea respetada, facilitando los instrumentos necesarios para su tramitación, debate y decisión es un reto para todos y todas. Para las personas de la izquierda abertzale de Pasaia éste es un compromiso serio, que ya hemos adquirido y por el que lucharemos hasta el final. Seguiremos con la alternativa real, la de trabajar codo con codo, desde el ámbito social, sindical y político todos y todas a una, para hacer respetar el ámbito y el sujeto de decisión, nuestro derecho a decidir cómo debe ser nuestro futuro, para qué y al servicio de qué objetivos y necesidades debemos ordenar nuestro territorio.

La ciudadanía de Pasaia ha puesto en marcha un gran auzolan colectivo, formemos parte de él, defendamos y ejercitemos nuestro derecho a tener un futuro digno, un territorio que preserve nuestras señas de identidad, que vertebre Euskal Herria. Desarrollemos una estrategia que tenga como centro las necesidades e intereses de la ciudadanía y no los intereses del actual marco jurídico-político agotado, respondiendo como pueblo.