Abbas Kiarostami ha recuperado su prestigio de autor consagrado con «Copie conforme», regresando triunfalmente al circuito de festivales internacionales, gracias a que Juliette Binoche recibía por su papel estelar el premio de Mejor Actriz en Cannes. Hay que volver la vista trece años atrás para recordar el momento cumbre en que el cineasta iraní logró la Palma de Oro con «El árbol de las cerezas», título a sumar a la Espiga de Oro de la Seminci que le valió «A través de los olivos» o del Gran Premio del Jurado conquistado en Venecia con «El viento nos llevará». Esa racha se vió rota en los últimos tiempos, sin que experimentaciones como la llevada a cabo en «Shirin», película compuesta enteramente por primeros planos de espectadoras en una sala de cine, convencieran a la crítica.

Kiarostami ha salido de Irán para rodar una película universal en la que sorprende, además, porque no se repite a sí mismo, sino que copia a otro maestro, a Roberto Rossellini, con la suficiente inteligencia y sensibilidad para no desmerecer con respecto al original.

En su inagotable juego del cine que imita al cine, al igual que el arte imita al arte, Kiarostami se basa en una frase: «Una buena copia vale más que un mal original». La pronuncia un escritor británico que da una conferencia en la Toscana italiana, a la que asiste una galerista francesa con la que quedará ocasionalmente emparejado. Ella es Juliette Binoche y él no es actor, pues el cineasta iraní se ha atrevido a hacer debutar en la interpretación con gran acierto al cantante de ópera William Shimell.

Las claras referencias al clásico «Viaggio in Italia» («Te querré siempre») están llenas de ironía, dado que la pareja de Kiarostami no forma un matrimonio cansado de años de convivencia, como lo eran los George Sanders e Ingrid Bergman de Rossellini, sino que dejan seguir la broma de que los demás crean que están casados, cuando en realidad ella ha formado una familia con otro hombre. Pero tales falsas apariencias dan paso a otra perspectiva aún más compleja de lo visto, mediante un giro radical en la narración.