OLASO
Cantinela
Aznar, desde su trinchera de la FAES, no renuncia a condicionar la política española: «Legalizar a Batasuna sería nuestra propia derrota». Aznar sabe que legalizar a la izquierda abertzale va a ser un imperativo para la normalización política. Lo que en realidad teme es al debate político sobre el derecho del pueblo vasco a decidir en libertad sobre su propio futuro. Eso es lo que le saca de quicio. Y no otra cosa.