Los rebeldes kurdos se comprometieron a no causar más víctimas civiles, a la vez que reiteraron su voluntad de prorrogar indefinidamente su alto el fuego si el Gobierno turco acepta el diálogo, explicó Murat Karayilan, jefe militar del PKK y su principal dirigente en libertad poco antes de que el domingo expire la tregua declarada el 13 de agosto.

En una entrevista publicada ayer, Karayilan manifestó que a lo largo del enfrentamiento armado con Turquía, se ha dado cuenta de que ni su organización ni el Estado pueden vencerse el uno al otro. Por eso, aseguró que siente la presión de encontrar una solución al conflicto político y armado ante esa imposibilidad de que una de las dos partes enfrentadas se imponga en una guerra no declarada que a lo largo de sus 26 años se ha cobrado ya más de 45.000 vidas.

El dirigente kurdo alertó de que no alcanzar una solución conllevará un aumento de las pérdidas en ambos bandos pero dio su palabra de que el PKK no causará más víctimas civiles.

Alentado por su victoria en el referendo constitucional del pasado 12 de setiembre, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció una nueva iniciativa para abordar el conflicto.

Autoridades locales citadas por la prensa local asocian esta nueva iniciativa al dirigente histórico preso, Abdullah Öcalan, quien se comunica mediante sus abogados.