«El éxito de nuestra web demuestra que hacen falta nuevos mecanismos de lucha»
Nacido en París pero asentado desde hace meses en Hazparne, Adrien Kempf es gestor de una web (http://www.bizimugi.eu/grevesolidaire) que en sólo una semana de presencia en la red ha conseguido reunir unos 50.000 euros en forma de donativos a las organizaciones que desde hace dos meses pelean en la calle contra la pretensión del Gobierno francés de prolongar en dos años la edad de jubilación.
M.PETRISSANS - M.UBIRIA
Tiene 25 años y un curriculum que corta la respiración. Adrien Kempf nació en París, pero tras descubrir por motivos académicos otros destinos, como Escocia o Albi (sudeste francés), ha recalado en Euskal Herria. Trabaja para Euskal Herriko Laborantza Ganbara, colabora con el movimiento Bizi! y ahora es el gestor de un éxito solidario en internet. Su web ha recaudado 50.000 euros para los huelguistas contra la reforma de las pensiones en tan sólo una semana.
Viendo su currículum cabe deducir que estudiar Economía despierta la conciencia social.
Puede decirse que la primera sensibilización sobre medio ambiente, gestión social del territorio, me viene de familia (es hijo del periodista Hervé Kempf, experto en dosieres de ecología), pero es con 17 años cuando despierto a la militancia. Concretamente con el paso de Le Pen a la segunda vuelta de las Presidenciales. Pero, efectivamente, cuando entro en la Universidad y estudio Economía es cuando me topo de frente con la locura de la teoría de liberalismo económico imperante y sus consecuencias prácticas.
No es un adepto al eslogan de la naturaleza por la naturaleza.
No participo de ese discurso. Mi preocupación por los desafíos del medioambiente se declina con argumentos sociales, con la gestión del territorio, el reparto de los recursos, de la riqueza.
Salir de París airea la mente.
Soy parisino y como dicen que no hay que escupir en la mano del que nos da de comer diré que el primer trabajo me lo dieron allí. Para completar mi formación viajé a Escocia y a Albi (sudeste francés) y digamos que abrí los ojos a otras formas de vivir. No tiene mucho que ver trabajar en grandes colectividades con mi actividad actual.
De París a Ainize-Monjolose...
Entro en contacto con Euskal Herriko Laborantza Ganbara (EHLG) aún estando en París, durante el proceso judicial abierto por el Estado en su contra. Mi experiencia me sitúa muy lejos de la agricultura, pero la labor de esa asociación me atrae y luego se abre la oportunidad de trabajar juntos.
¿Cuál es su trabajo en EHLG?
Trabajo en dos materias concretas. La primera es la preservación del territorio y, en concreto, de las tierras rurales, y desarrollo labores de sensibilización con colectividades locales y electos. El otro proyecto es el observatorio de la agricultura vasca, y el objetivo es dotarnos de estadística propia, tener datos reales de la agricultura en los tres territorios.
¿Ha tenido tiempo de hacerse una idea sobre la realidad de Euskal Herria?
Antes de establecerme aquí no tenía una idea muy formada de este país. Seis meses después sigo en fase de descubrimiento. Confesaré que seis meses atrás el origen abertzale de EHLG me hacía plantearme dudas. A estas alturas ya sabe que soy un parisino con ideas de izquierda, y le diré que esa condición me hace reticente a los mensajes de corte identitario, de repliegue de una comunidad sobre sí misma.
Pero algo que ha cambiado en parte esa visión es el hecho de que EHLG me haya demostrado que no pone premisas de ese tipo a la hora de rodearse de colaboradores para hacer avanzar su proyecto. Esa noción de apertura hace que hoy no tenga tan claras ciertas cosas, que me plantee algunos interrogantes.
Bajando a lo concreto, ¿qué es lo que hace diferente a la agricultura que se practica en Euskal Herria?
Sería pretencioso por mi parte dar opiniones de experto tras sólo seis meses de experiencia con EHLG. Le mencionaré un dato que nos han trasladado unos investigadores de la Universidad de Monpellier que han hecho un estudio en Zuberoa: nos han manifestado que nunca habían visto tantas explotaciones agrícolas en un territorio de esas dimensiones. Esa opinión es reveladora sobre el apego a la tierra en Euskal Herria.
Hablemos de su implicación, con una herramienta novedosa, en la protesta contra la reforma de las pensiones. ¿Cómo se acerca a ese movimiento?
Trabajando en EHLG comprenderá que se me hacía extraño hacer huelga en una asociación que el Estado ha tratado de bloquear durante un largo proceso judicial. Ironías a un lado, el debate con los amigos, los compañeros... me hizo reflexionar sobre los modos de contribuir a ese movimiento social.
Y toma cuerpo el manifiesto por una huelga eficaz.
Ése es el origen, ya que en ese texto se expone que hay que incorporar a la lucha a la gente que no puede hacer huelga o a la que no se llega desde el medio sindical. Tengo la suerte de que Mediapart se haga eco del texto. De repente me encuentro con una enorme reacción a una iniciativa en origen personal. Las cosas se precipitan y del blog saltamos a la puesta en marcha de la web, que difunde información de la huelga pero sirve además para apoyar económicamente a los huelguistas, a través de un sistema de cajas diferenciadas que permite contribuir a los esfuerzos que desarrolla tal o cual organización implicada en el movimiento.
¿Una de las claves del éxito está en la transparencia?
Abrimos la web el 22 de octubre y en sólo una semana las distintas organizaciones han recibido donaciones por un valor total de unos 50.000 euros. Pero el éxito no nos pertenece, nosotros sólo hemos demostrado que hacía falta la herramienta y que muchos están dispuestos a empujar esta pelea.
«Huelga sí, pero donde impacta. Sí a parar las refinerías, pero no al `todos a una' a sabiendas de que la huelga clásica parte de una realidad socio-laboral que hoy no se da. Es mi opinión personal desde el respeto absoluto a todos cuantos se movilizan estos días por unos derechos sociales básicos»
«En ese texto [manifiesto por una huelga eficaz] se expone que hay que incorporar a la lucha a la gente que no puede hacer huelga o a la que no se llega desde el medio sindical. De repente me encuentro con una enorme reacción a una iniciativa que en origen es personal»