Aunque en un primer vistazo así lo parezca, el libro «Vida del auténtico Andy Bengoa» «no es una crónica de aventuras, sino un libro real que tiene una gran carga vital», aseguró ayer el editor de Alberdania Jorge Giménez. Y es que su autor, Joxemari Iturralde, se ha valido de pasajes verídicos que el mismo Bengoa ha vivido alrededor del mundo a lo largo de toda su vida.

Iturralde tampoco supo definir con exactitud el trabajo. Según él, «parece una autobiografía -ya que está escrito en primera persona, pero no lo es». «Podría ser una biografía, pero tampoco lo es».

Lo que sí es seguro es, en palabras de Giménez, que el arte narrativo de Iturralde hacen «de la materia, de la carne y de la sangre una pieza literaria estimable». En ese sentido, destacó que tiene más de un destinatario pues, además del habitual lector de la crónica o de aventuras, el lector del libro de viajes disfrutará igualmente. «Lo cierto es que la peripecia que se narra no es la de un turista -matizó-, sino la de un ser humano que ama profundamente la libertad en todas sus dimensiones». Pasión que ha llevado a Bengoa hasta los lugares más recónditos del planeta.

Ni fantasía ni ciencia ficción

La amistad del escritor y de su personaje, en este caso una persona de carne y hueso, se gestó por casualidad hace ahora treinta y cinco años, cuando ambos coincidieron en Mutriku. «Bengoa cayó en nuestra órbita -recordó el autor- y, desde entonces, hemos mantenido una amistad interrumpida, por sus viajes pero, al mismo tiempo ininterrumpida, ya que siempre hemos estado en contacto». Así las cosas, Iturralde llevaba décadas escuchando las aventuras más inverosímiles de Bengoa y se le encendió la bombilla. Decidió entonces escribir «Vida del auténtico Andy Bengoa». «Le pregunté a Andy cuánto de lo que ha vivido me había contado, y me contestó que `de 0 a 10 un 4'. O sea, que hay para otro libro», bromeó Iturralde.

Al futuro lector se le advierte de que las historias que encontrará en las páginas no son fantasía ni ciencia ficción, sino que son reales al 100%.

Desde la silla de al lado escuchaba atentamente lo que se decía de él el propio protagonista. Insistiendo en la veracidad de los hechos, aseguró que «hay testigos de todo lo vivido».

En la actualidad está «temporalmente asentado» en Gernika, aunque viaja incesantemente. Sobrevive con el salario que obtiene de los trabajos que encuentra en cada destino. Todos los años, de enero a marzo, vive en la profundidad del Amazonas, donde hace de intérprete entre los nativos y los científicos que acuden al lugar para realizar diversos estudios. Conoce a fondo Norteamérica, Latinoamérica, Europa, Nueva Zelanda, Canadá, Vietman y un largo etcétera y, es que, tratándose de Andy Bengoa, resultaría más sencillo enumerar los lugares que no ha pisado.