Dos días es tiempo suficiente para que Lagun Aro Gipuzkoa Basket prepare el partido contra Valladolid, pero hay que tener en cuenta que entre los invitados hay una amplia comitiva que saben lo que es jugar de local en Donostia, de modo que, como buen anfitrión, hay que preparar el recibimiento a los antiguos compañeros.

El Valladolid, como equipo con uno de los presupuestos más bajos de la ACB, está cosido a base de retales, con experimentados trotamundos en ligas inferiores que, por una u otra razón, han acabado sedimentados a la orilla del Pisuerga.

Tres jugadores y el entrenador jefe pasaron por Donostia, dejando cada cual su correspondiente huella. Edu Ruiz fue el primero en pasar por las filas del antiguo Bruesa GBC, allá por la temporada 2005/06, con el equipo jugando en LEB. Junto con Nacho Martín, el segundo, ex Bruesa GBC vallisoletano, fue testigo del primer ascenso de los guipuzcoanos a la Liga ACB. Edu Ruiz sigue dando sus mejores minutos en el entrenamiento, mientras que Nacho Martín repite su rol de hombre de rotación, a caballo entre las posiciones de alero y ala-pívot.

El granadino Isaac López es el tercer ex jugador de la plantilla donostiarra. López venía de labrarse una solida carrera en la Liga LEB, pero estalló por completo en la temporada 2007/08. A las órdenes de Pablo Laso, su fina y letal muñeca resultó una de las armas más importantes para que la escuadra guipuzcoana retornara a la Liga ACB una sola temporada después de su descenso. Como premio a una inestimable labor, López jugó una temporada más en las filas del Bruesa GBC. No obstante, su estreno en la ACB fue más duro de lo que había creído, y terminó, salvo en días de inspiración, relegado al banquillo.

Porfi Fisac, la estrella pucelana

Pero si hay alguien que dejó huella en Donostia y destaca al frente del Valladolid, no es otro que el técnico Porfi Fisac. El segoviano -aunque de Villanueva de la Serena de corazón- fue, en su día, el principal artífice del meteórico ascenso de Bruesa GBC de LEB-2 a ACB en dos temporadas, y es también, desde que se hiciera cargo de su banquillo en la campaña 2008/09, la indiscutible estrella del Valladolid.

Ya el año pasado, el cuadro pucelano acabó con la meritoria cifra de 13 victorias después de pasarse buena parte de la temporada rozando los puestos de play off.

De hecho, ambos equipos parecen tener vidas paralelas: ambos están protagonizando un meteórico arranque liguero, con tres triunfos en las cuatro primeras jornadas.

«Los equipos se hacen buenos porque los jugadores aportan cosas, y por los resultados, y el Lagun Aro tiene ambas cosas», afirma el técnico castellano.

Pero nadie desea que este buen inicio, que uno de los dos prolongará mañana, sea coyuntural. «No nos apremia nadie y estoy muy satisfecho con el nivel del equipo, pero siempre hay que valorar al rival, saber sufrir y tener ilusión por ganar, porque el día que nos equivoquemos en alguna de estas cosas tendremos problemas». Porfi Fisac en estado puro.