El PKK niega su implicación en el atentado suicida de Estambul
Un portavoz del PKK se desmarcó, en declaraciones a la CNN, del atentado suicida que se registró ayer en la plaza Taksim de Estambul. Pese a ello, medios turcos culparon a los insurgentes kurdos del ataque, que se saldó con 32 heridos, mayoritariamente policías. El Ministerio del Interior señaló que investigan en «varias direcciones». Al-Qaeda atentó en Estambul en noviembre de 2003.
GARA | ESTAMBUL
El Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) negó cualquier implicación en el atentado registrado ayer en la plaza Taksim de Estambul, donde un kamikaze falleció al hacer estallar la bomba que portaba hiriendo a 32 heridos, mayoritariamente policías.
«No tengo ni idea de la explosión en Taksim», declaró el portavoz del PKK, Roj Qandil, a la cadena estadounidense CNN. En este sentido, destacó que pese a que ayer concluía el alto el fuego unilateral declarado por los insurgentes kurdos, el PKK ha decidido no actuar contra objetivos civiles.
El hecho de que el autor del atentado haya sido un kamikaze y que la explosión se registrase en una de las zonas más concurridas de Beyoglu, en la parte europea de Estambul, son elementos que contribuyen a descartar la autoría del PKK, reforzando la hipótesis de la Al-Qaeda, a quien también se le atribuye el envío de paquetes explosivos por avión desde Yemen hacia EEUU esta misma semana.
La red islamista dirigida por Osama bin Laden ya actuó en Estambul en noviembre de 2003, cuando varios grupos atacaron dos sinagogas, el consulado británico y una oficina del banco HSBC causando cerca de 60 muertos.
En cualquier caso, varios medios turcos seguían priorizando ayer la hipótesis de que el atentado fuera responsabilidad de la insurgencia kurda, destacando que el viernes se celebró el aniversario de la proclamación de la República turca.
El ministro turco del Interior, Besir Atalay, declaró que se está examinando el tipo de explosivo y que se está realizando una investigación «en varias direcciones», sin priorizar ninguna de ellas.
«Quince policías y 17 civiles han resultado heridos en el atentado suicida», declaró el gobernador de Estambul, Hüseyin Avni Mutlu a la prensa, destacando que no corría peligro la vida de ninguno de los heridos.
Fuentes policiales añadieron que el kamikaze portaba más explosivos que no pudo detonar, además del que logró hacer estallar.
El atentado se produjo a las 10.30 [9.30, en Euskal Herria] en el lado oeste de la plaza Taksim, entre el monumento a la República turca y a su fundador, Mustafa Kemal Atatürk, y un destacamento de la policía antidisturbios que siempre está presente en la plaza.
«Estábamos en el otro lado de la plaza y cuando subíamos al autobús escuchamos una fuerte explosión. En principio pensamos que había explotado detrás nuestro, pero luego vimos que se había producido al otro lado», relató una turista española a la agencia Efe.
«Cuando el autobús dejó la plaza comenzaban a llegar los coches de policías y las ambulancias y vimos como cargaban a la gente en las ambulancias», añadió esta turista.
La parte de la plaza donde se produjo el atentado no estaba demasiado concurrida por ser una hora temprana, pero al otro lado, junto al Centro de Cultura Atatürk había un gran número de personas esperando a los autobuses con destino a la Feria del Libro. La plaza Taksim es el lugar en el que tienen su parada principal varias líneas de autobuses que recorren la ciudad turca.
Según explicaron fuentes policiales a los medios de comunicación turcos, el kamikaze tenía como objetivo atentar contra las fuerzas de seguridad, ya que trató de subir a un autobús de la policía y, al serle impedido, hizo detonar su carga explosiva.
«No mostraremos ninguna indulgencia frente a aquellos que quieren provocar desórdenes en Turquía y quebrar el ambiente de paz, estabilidad y seguridad», dijo el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.
Las autoridades yemeníes liberaron ayer a Hanan al-Samaui, la estudiante yemení detenida el sábado por su supuesto implicación en el envío de paquetes con explosivos a EEUU.
Horas antes, cientos de estudiantes yemeníes se habían manifestado en Sana'a para reclamar su liberación, destacando que Al-Samaui no tenía ninguna vinculación con grupos islamistas y defendiendo su inocencia.
«Hanan no está vinculada a ninguna organización y no tenía actividades políticas. No es una mujer particularmente religiosa, sino una estudiante aplicada», afirmó Zainab, uno de sus compañeros.
Al-Samaui fue detenida junto a su madre -que también fue liberada ayer- por la Policía yemení, que argumentó que su número de teléfono había sido hallado en los bordes de los paquetes con explosivos destinados a dos sinagogas de Chicago. El arresto se produjo después de que EEUU reclamase a Yemen mayor implicación en la lucha contra Al-Qaeda. El presidente yemení, Ali Abdullah Saleh, compareció el sábado ante los medios para informar de la detención.
«Sabemos muy bien que Al-Qaeda nunca deja pistas, por lo que es imposible que esta joven fuera a las oficinas de dos compañías de mensajería y que dejara su nombre y su número de teléfono en los paquetes», declaró a la agencia France Presse Abdel Rahman Barman, responsable de la organización de derechos humanos Hood, quien reveló que todos los empleados de las mensajerías FedEx y UPS en Sana'a fueron también detenidos, desconociéndose si habían sido liberados. GARA
Las autoridades turcas han levantado el veto que impusieron en mayo de 2008 al portal de vídeos por Internet YouTube por difundir «material insultante» para Atatürk, el fundador de la República turca.