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Él ha sido un ejemplo, y los bergararras han dado otro

Han trabajado duro y ayer, en la fiesta organizada por la plataforma «Mugituko da!» para celebrar la vuelta a casa de José Luis Elkoro, se percibía la satisfacción del trabajo bien hecho. Él ha sido, tal y como afirman sus colegas, un ejemplo, y también lo es lo realizado por sus vecinos para lograr su excarcelación.

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No lo vio en primera persona, pero sin ningún género de duda le hubiera gustado verlo. La imagen que ofrecía el frontón de Bergara ayer por la tarde era fruto de su trabajo, fruto de su compromiso, fruto del amor y el aprecio que le tienen sus convecinos, que de manera conjunta han trabajado sin cesar para que vuelva a su pueblo junto a su familia. Más de 400 personas se reunieron alrededor de una mesa a comer, al igual que en los últimos meses lo han hecho para trabajar y lograr juntos la libertad de Elkoro.

Tal y como recordó Maite Aristegi, en representación de «Mugituko da!», la plataforma creada con este objeto, «la injusticia que se ha llevado a cabo contra nuestro querido vecino que tanto ha dado a este pueblo hizo vibrar nuestros corazones, hasta el punto de unir a todo un pueblo, dejando de lado los prejuicios».

El calor de este movimiento y su incesante labor han logrado derretir los viejos barrotes de la ciega en la que estaba recluido el histórico dirigente abertzale, que el pasado 14 de octubre abandonó la prisión de Martutene, aunque con unas restrictivas condiciones de libertad y actividad que ayer impidieron su asistencia al acto.

No quiso, sin embargo, perder la oportunidad de dirigirse a todos los congregados y su hijo Iñigo, además de agradecer en nombre de la familia todos los esfuerzos, fue el encargado de transmitir el mensaje de su padre. «Lo que habéis logrado no es sólo sacarle de la prisión, es mucho más; es unir a un pueblo, lo que le ha producido una gran satisfacción. Al fin y al cabo, ése ha sido el objetivo que ha perseguido siempre», aseguró, al tiempo que advirtió que para la familia también es grato y esperanzador ver entre los asistentes al acto «gente de diferentes colores e ideologías». De hecho, minutos antes de su comparecencia tomó la palabra el jeltzale Imanol Bolinaga, en nombre de los casi cien cargos públicos habidos en las tres últimas décadas en Bergara que, a comienzos de año, rubricaron la solicitud por la que se demandaba el inicio de las gestiones para excarcelar al dirigente abertzale.

Iñigo Elkoro no quiso concluir su alocución sin referirse a las personas que siguen en prisión y afirmó que «lo que se ha conseguido en Bergara ha de servir como ejemplo y paradigma en toda Euskal Herria».

Precisamente, en el acto no quisieron faltar los presos bergararras José Miguel Gaztelu y Xabier Lazkano. Las palabras de aliento y orgullo de ambos hacia su localidad y sus vecinos llegaron desde las prisiones españolas de Algeciras y Zuera y trajeron al frontón de la localidad la voz de aquellos que todavía siguen lejos de sus casas.

«Amigo y guía»

También tomó la palabra Xabier Zubizarreta «Txiron», ex alcalde de Arrasate, que no tuvo más que palabras de elogio para «su gran amigo y guía». «Lo único que os puedo pedir es que cuidéis bien a José Luis», afirmó provocando el aplauso de los asistentes. «José Luis, de alguna manera -prosiguió-, está en la misma situación que todos, porque de alguna manera todos permanecemos presos en nuestra casa. Pero gracias al trabajo de José Luis y al de otros muchos ciudadanos, estamos ante la oportunidad de abrir esa puerta». La mejor manera de agradecerles su esfuerzo es, tal y como afirmó Txiron, junto a Ino Galparsoro y Pedro Lasagabaster, «poner cada uno nuestro granito de arena».

El acto principal dejó paso a la música con el objeto de dar «un final redondo» a la jornada que había comenzado horas antes con un pequeño acto en el que no faltaron los bertsolaris y la actuación de la banda municipal de la localidad, tan querida y apreciada por Elkoro. No los vio, pero la escasa distancia existente entre la plaza y la vivienda de Elkoro permitió, sin duda, que los sones de «Ibiliko gara» y «Pobres y alegres» penetrasen desde las rendijas de su ventana.

La «Ikurrin dantza» que le brindaron varias vecinas y las ikurriñas que engalanaban los balcones también sirvieron de homenaje para Elkoro que, a su manera, saludó con un amable guiño a sus vecinos y vecinas.

Maider EIZMENDI

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