Un total de 24 personas murieron -diez rehenes, siete miembros de las fuerzas de seguridad y siete insurgentes- ayer por la noche en la iglesia siríaca católica Sayidat al-Najat durante el rescate que llevaron a cabo fuerzas iraquíes y estadounidenses después de que se registrara un secuestro por parte de insurgentes, según informaron los ministerios iraquíes de Interior y Defensa y el Ejército de EEUU.

En el templo se encontraban unos 40 fieles cuando se produjo la toma de rehenes por parte de un grupo que previamente intentó atacar la Bolsa de Bagdad. «Hemos liberado a los rehenes, pero desgraciadamente tenemos que lamentar la muerte de siete de ellos», declaró un responsable del Ministerio del Interior.

Los ataques contra las comunidades cristianas iraquíes no son un acto aislado, ya que desde la invasión de EEUU y Gran Bretaña se han convertido en objetivo de atentados y secuestros. Los insurgentes les achacan connivencia con los occidentales, pese a que estas comunidades están arraigadas en el país árabe desde los primeros tiempos del cristianismo.

De los 800.000 cristianos que vivían en Irak antes de la invasión, únicamente quedan 550.000.