La visita de Dimitri Medvedev a las islas Kuriles provoca la indignación de Japón
GARA |
Rusia manifestó ayer su extrañeza por la reacción de Japón ante la visita del presidente ruso, Dmitri Medvedev, a las islas Kuriles, la primera desde 1945 de un mandatario ruso a ese territorio, reivindicado en parte por Tokio desde la Segunda Guerra Mundial. La visita relámpago de Medvedev a Kunashir, una de las islas del archipiélago en litigio, provocó la indignación de Japón, que la calificó de «muy lamentable».
Tokio convocó al embajador ruso para trasladarle su protesta, y Moscú iba a hacer lo propio con el representante nipón para «volver a expresarle con claridad y de forma inequívoca nuestra posición». Para Moscú, la reacción japonesa es «inaceptable».
Este intercambio de declaraciones airadas contrasta con el optimismo manifestado en junio por Tokio, que destacó las «mejores condiciones para progresar» en las relaciones bilaterales, incluyendo esta cuestión.
Rusia y Japón se disputan cuatro de las islas del archipiélago, anexionadas por los soviéticos el 18 de agosto de 1945, tres días después de la capitulación nipona. Esta disputa impide desde hace 65 años la firma de un tratado de paz entre ambos, aunque ello no impide que Japón sea el segundo socio comercial de Rusia en Asia después de China.