El mejor ejecutor de la historia de la «Vecchia Signora»
Con 179 tantos, Alessandro del Piero se ha convertido en el máximo goleador de la historia de la Juventus. Elevado a categoría de héroe por su compromiso con el conjunto piamontés incluso en la Serie B italiana, los números del jugador dejan claro que estamos ante un futbolista irrepetible. Cerca de cumplir los 36 años, Del Piero sigue soñando con volver a conquistar el Scudetto con su equipo del alma.
Beñat ZARRABEITIA
La victoria por uno a dos de los bianconeros ante el Milan en San Siro no fue un triunfo cualquiera. Primero por la trascedencia del rival y segundo porque el choque deparó un instante para la historia. Alessandro del Piero anotó la segunda diana juventina y pasó a ser el mejor realizador de la historia del conjunto turinés. Con 179 en su haber superó a Bonipetro.
Cerca de alcanzar los 36 años, Del Piero lo ha logrado prácticamente todo en su carrera. Es una leyenda del fútbol europeo y cuenta con la admiración eterna de los tiffosi de la Juventus. Más aún cuando fue junto a Buffon y Nedved uno de los jugadores que juró amor eterno a la camiseta bianconera a pesar de la sanción y descenso administrativo del cuadro piamontés.
Mediapunta de talento excepcional, forma parte de esa saga de trecuartistas italianos que han dotado de talento a sus escuadras y selección dentro del tradicional orden táctico del que hacen gala los conjuntos transalpinos. Dotado de un excelente nivel para lanzar tiros directos, siempre ha sabido moverse entre líneas y demostrar un gran acierto ante la portería rival.
Hijo de un electricista y de una ama de llaves, de niño Del Piero manifestaba su deseo de recorrer el mundo conduciendo camiones. Finalmente, la vida le ha dado la oportunidad de dar la vuelta al planeta en aviones de lujo como integrante de la Juventus y de la selección italiana. Es amigo del base de los Phoenix Suns Steve Nash y de los hermanos Gallagher. De hecho, llegó a participar en un videoclip de Oasis.
Del Piero debutó en la convulsa y triunfadora vecchia signora de mediados de la década de los noventa. Un equipo que trataba de volver a ser grande en Italia y el continente. La masacre de Heysel; el Napoli de Maradona; la fabulosa irrupción del Milan de Sacchi; la Samp de Boskov o el Inter de los alemanes habían hecho menguar su protagonismo. Los piamonteses se habían tenido que conformar con la UEFA de 1993 pero su verdadero objetivo era volver a vencer el Scudetto y la Champions.
Roberto Baggio era la gran figura del futbol italiano. Fichado por la Juve desde la Fiorentina a golpe de talonario, era el mediapunta al que todos admiraban. Zola, Chiesa o Melli eran las otras alternativas hasta que irrumpió el joven Del Piero. Eran los tiempos en las que una nueva sustancia llamada EPO empezaba a hacer estragos en el deporte continental, especialmente en Italia de la mano del doctor Ferrari. La Juventus fue uno de los equipos que reconoció haberla usado en aquella época. Tristemente, por ejemplo, los bianconeros tuvieron que lamentar el fallecimiento del joven defensa Andrea Fortunato por una leucemia.
En 1995, ya con Lippi en el banquillo, los piamonteses se alzaron de nuevo con el título doméstico. Baggio, Deschamps, Vialli, Ravanelli, Peruzzi o Paulo Sousa eran algunas de las estrellas de aquel conjunto. Ese mismo verano el cuadro turinés traspasó a Baggio al Milan. La venta conmocionó el Calcio pero no las oficinas de la Juve. Los Agnelli sabían que contaban con un joven diamante en bruto llamado Alex Del Piero. No defraudó, ya que pocos meses después volverían a conquistar la Champions en el Olímpico de Roma ante el Ajax.
La aparición de Del Piero dio paso a un nuevo debate, la supuesta incompatibilidad de Del Piero con Baggio en la selección italiana. Sacchi, el entonces seleccionador, optaba por un único punta y Del Piero solía ser el sacrificado. Situación que se repitió después con Cesare Maldini y el debut de Totti. La Eurocopa de 2000, perdida en el descuento, y el Mundial de 2002 supusieron dos inmensas decepciones para el fútbol italiano. Resarcidas debidamente con el triunfo en la copa del mundo de 2006. Cita en la que Del Piero pudo desquitarse de todos sus sinsabores con la azzurri gracias al tanto que marcó a Alemania en semifinales.
Fue el punto culminante de una carrera plagada de éxitos. Cinco Ligas -más las dos que fueron desposeídas tras el escándalo Calciopoly y que ahora la Juve vuelve a reclamar como propias-, una Coppa, cuatro Supercopas de Italia, una Champions, una intercontinental, una Supercopa de Europa y el citado Mundial de 2006 adornan una trayectoria brillante.
En 753 partidos oficiales con la vecchia signora y la selección italiana, Del Piero ha anotado un total de 306 tantos, 179 de ellos en la Serie A. Unas cifras espléndidas que el talentoso futbolista espera seguir ampliando con el sueño de volver a ser campeón.