La crisis ha destruido 30 millones de empleos en el mundo, según indicó ayer el director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn. Durante la apertura de un fórum internacional sobre desarrollo humano en Agadir (Marruecos), Strauss Kahn añadió que se espera que en los próximos años se pierdan hasta 400 millones de puestos de trabajo.

«En el marco de la nueva globalización, la primera prioridad debe ser el empleo, la segunda prioridad debe ser el empleo y la tercera prioridad debe ser el empleo», insistió.

Por otro lado, Strauss-Kahn reconoció que puede estallar otra crisis financiera dentro de unos años si no se adopta un control internacional suficiente. «Aunque el sistema no es tan débil como antes de la crisis, nada garantiza que dentro de cinco o diez años no vuelva a patinar», afirmó.

Por ello, instó a intensificar la vigilancia internacional de los mecanismos contra la crisis para «evitar un nuevo patinazo. Se ha hecho mucho en materia de reglamentación, pero no de supervisión internacional. E incluso la mejor reglamentación del mundo, sin supervisión no sirve de nada», señaló.

Strauss-Kahn admitió que «una mayor vigilancia tiene el problema de la injerencia en la soberanía» de los países implicados, pero subrayó que «será necesario encontrar el modo de llevarla a cabo respetando» este principio.

900 millones a Rumanía

Por otra parte, el FMI acordó ayer entregar a Rumanía una nueva partida de crédito por valor de unos 900 millones de euros. Esta cantidad corresponde a la séptima partida del crédito de 20.000 millones de euros que Bucarest contrató el año pasado al FMI, la Comisión Europea (CE) y el Banco Mundial (BM). La recepción del dinero está prevista para el próximo enero, y está condicionada a la aprobación de los presupuestos para 2011 y a la vigilancia del déficit público.

A su vez, los técnicos de la Comisión Europea determinaron que Rumanía debe cumplir los compromisos acordados con estas instituciones antes de desembolsar el cuarto tramo de ayuda con cargo al programa de asistencia financiera de la UE, que asciende hasta los 1.200 millones de euros.

Una misión conjunta de la Comisión, el FMI y el Banco Mundial visitó Bucarest desde el 20 de octubre hasta ayer para valorar el cumplimiento de las condiciones. Los servicios de la Comisión Europea han concluido que Rumanía debe aprobar el proyecto de presupuesto para 2011, promulgar la ley de unificación salarial y reformar el sistema de pensiones antes de que éste desembolse el cuarto tramo de ayuda.

Para cumplir estas condiciones, el Gobierno rumano rebajó en julio los sueldos de los funcionarios en un 25% y subió el IVA del 19% al 24% para mantener el déficit público por debajo del 6,8% en 2010. Estas reformas impuestas por el FMI y la Comisión Europea han provocado que cada semana se produzcan manifestaciones de funcionarios y pensionistas.