Este domingo, Arrasate se convertirá en punto de encuentro de familiares y allegados de los presos políticos vascos, que volverán a sacar a la calle la denuncia de «las extremas situaciones» que viven sus allegados en los estados francés y español. Concretamente, Etxerat celebrará en esa localidad guipuzcoana la X Asamblea Nacional bajo el lema «Etxean nahi ditugu». Esta será una cita especial que permitirá que todos los familiares puedan reunirse, hablar, debatir y compartir vivencias «en torno a la situación y el sufrimiento que diariamente debemos padecer».

Tras la asamblea llevarán a la calle sus denuncias y revindicaciones. Hacia la una del mediodía, la Herriko Plaza de Arrasate acogerá un acto público con el que se denunciará «la criminal política penitenciaria vigente» y se recordará a todas aquellas personas «que han aportado su granito de arena en la defensa de los derechos de las presas y los presos políticos».

Durante la comparecencia que miembros de Etxerat ofrecieron ayer en Donostia para convocar la asamblea, recordaron especialmente a la que fue presidenta de Etxerat y vecina de Arrasate Joxepa Arregi, que falleció el pasado mes de mayo. Jabier Zubimendi, integrante de la asociación de familiares, explicó que «durante décadas, gracias a su pundonor y fuerza ha mantenido encendido el candil de la solidaridad. Un quinqué que continúa encendido gracias al esfuerzo de miles de personas que por desgracia ya no podrán ver a sus familiares, amigos y amigas en casa».

No obstante, quisieron subrayar la importancia del «trabajo» y «sacrificio» de personas como Joxepa Arregi, que han luchado en defensa de los derechos de los presos y que, según comentó Zubimendi, «junto al de los que hoy seguimos empujando, habrá sido fundamental para lograr este objetivo: que los presos políticos vascos y los exiliados puedan volver a casa».

Derechos pisoteados

Durante la rueda de prensa, los integrantes de Etxerat hicieron un breve repaso de los acontecimientos que han tenido lugar en los últimos meses. Calificaron 2010 como «un año duro» y denunciaron que los derechos de los encarcelados están siendo «pisoteados constantemente». En este sentido, mencionaron que la dispersión «se ha agudizado» y que ha provocado diez accidentes en lo que va de año, que los presos con enfermedades graves e incurables siguen encarcelados, que más de cincuenta presos han sido «castigados con la cadena perpetua» o que la «persecución» contra la solidaridad está siendo «constante», además de recordar que siguen «los cacheos humillantes» o «la caza» de fotografías.

Sin embargo, manifestaron que 2010 también es «un año para la esperanza». Zubimendi indicó que está siendo un año «que permite mirar al futuro con mayor optimismo. Año de trabajo por una solución justa y democrática». Un empeño en el que Etxerat, aseguró, no va a cejar.