Al menos 57 personas murieron y 248 resultaron heridas ayer a primera hora de la noche de ayer a consecuencia de la explosión de once coches bomba en un ataque coordinado contra varios barrios chiíes de Bagdad, según el último balance difundido por el Ministerio iraquí del Interior. El 80% de los heridos fueron dados de alta.

Previamente, en declaraciones a la cadena de televisión estatal Al-Iraqiyah, el portavoz del centro de operaciones de Bagdad, general Qasem Ata, señaló que las explosiones habían consistido en diez coches bomba y tres detonaciones de origen desconocido en zonas populares como Kazemiyah, donde se encuentra un importante santuario chií, y Medina al-Sadr, bastión del clérigo radical chií Muqtada al-Sadr, entre otros. En algunos casos las explosiones tuvieron lugar en las inmediaciones de establecimientos hosteleros.

«Las bandas criminales atacaron de nuevo a civiles inocentes», subrayó Ata.

Hasta ahora, la cadena de atentados más sangrienta en lo que va de año en Irak se registró el pasado 25 de agosto, cuando 64 personas perdieron la vida y 219 resultaron heridas en una decena de ataques en ocho provincias.

Los atentados de ayer se producen después de que 58 personas murieran el domingo pasado en un ataque armado contra una iglesia siríaca católica en Bagdad, que fue reivindicado por Al-Qaeda.