Maite SOROA | msoroa@gara.net
Los malos augurios de la derecha
Los de la derechona hispana tienen especial habilidad para representar dramones, con exagerado histrionismo, además.
Ayer el editorialista de «Libertad Digital», el diario de Federico Jiménez Lozanitos, alertaba a su parroquia: «El segundo acto del diálogo-rendición ante ETA, esa farsa que se representa de nuevo en las altas esferas del Estado, empieza con buen pie. No falta ni el espíritu conciliador de los nacionalistas vascos, siempre dispuestos a llegar a un buen acuerdo con la banda, ni los informes que apuntan a que la ETA aprovecha estos momentos de dudas y debilidad en el seno del Gobierno para rearmarse, refortalecer sus estructuras y rediseñar su estrategia». Ya les ha puesto en canción.
El siguiente argumento es, cuando menos, curioso: «Huelga decir que ni con la ETA ni con ninguna otra banda terrorista se puede negociar por muy buenas intenciones que se alberguen. Un país democrático no puede arrastrarse por semejante lodazal sin dejarse en ello su dignidad y la de las víctimas del terror. Poco importa que el `proceso de negociación' termine o no con el terrorismo. El precio a pagar sería tan alto que España no puede permitírselo». Pues a mí no se me ocurre forma mejor de resolver los conflictos que dialogando. El editorialista prefiere los mamporros y los cierres en falso. Allá él.
Pero lo que en realidad le preocupa -aunque lo vista como dignidad herida- son las elecciones: «Como sucedió hace cuatro años, Zapatero hace una apuesta peligrosa de la que, sin embargo, sacaría jugosos réditos políticos si sale bien librado. La ETA, por su parte, gana tiempo, pone de nuevo al Estado de rodillas y consigue su objetivo de renovar concejalías en los ayuntamientos en las elecciones de mayo. Después de eso, harán lo único que saben hacer. Para que todo encaje y ambas partes se beneficien de tan lamentable espectáculo sólo falta ensayar una puesta en escena lo suficientemente creíble. Los actores están ya en su sitio y la farsa puede comenzar. Lo triste en esta ocasión es que todos sabemos ya cómo empieza y, lo que es peor, cómo va a terminar». ¡A ver si es verdad!