Alertan de la necesidad de situar a los presos en el debate político
Familiares de presos e imputados en la «cruzada contra la solidaridad» demandaron ayer que la situación de los represaliados políticos vascos «se coloque en el primer plano» del panorama político. Realizaron un llamamiento a unir fuerzas para superar, en primer lugar, «las situaciones más extremas», y advirtieron además de que la solidaridad sólo se apagará con la «liberación de los presos».
GARA
El nuevo escenario que se está abriendo en Euskal Herria ha llevado al movimiento pro-amnistía a advertir sobre la urgencia de colocar la situación que viven los presos políticos vascos en el centro del debate político. Familiares de represaliados políticos vascos, así como ciudadanos que se han visto envueltos en procesos judiciales por solidarizarse con su situación, se dirigieron ayer a la sociedad para que redoble esfuerzos de cara a superar la «cruel» política penitenciaria.
En la comparecencia trazaron el camino a seguir para ello: «Debemos de superar, en primer lugar, las situaciones más extremas y dar pasos hacia su vuelta a casa posteriormente», alentaron.
El hecho de que la Audiencia Nacional española dictaminara que la exhibición de fotografías de presos no es delito ha dejado en evidencia, en opinión del movimiento antirepresivo, «la falta de rumbo de esta locura represiva». «El Gobierno marca primero unos objetivos represivos e intenta poner después las leyes en coherencia con dichos objetivos», censuraron.
Pese a que consideran que la «caza de brujas» contra las imágenes de presos es la principal agresión de los últimos años contra la solidaridad hacia los represaliados políticos, replicaron sus impulsores que «sólo la liberación de los presos apagará este movimiento».
Sostuvieron que la solidaridad «nace de la injusticia» y recalcaron que de eso hay mucho en las cárceles españolas y francesas. No perdieron la ocasión de trazar una radiografía de la situación de los presos vascos, haciendo hincapie en los seis prisioneros que pese a estar gravemente enfermos continúan en prisión o de los 53 que han visto alargada su condena.
Tuvieron especialmente presentes a los presos que se encuentran en huelga de hambre en la cárcel francesa de Meaux y en la española de Murcia. En la primera, Iker Beristain, Iñaki Arietaleaniz, Beñat Aginagalde y Alex Uriarte cumplen hoy 21 días sin ingerir alimento como protesta por la conculcación al derecho a la paternidad de Beristain, al que le niegan el derecho a conocer a su hija.
El movimiento pro-amnistía informó ayer de que los cuatro ciudadanos vascos han perdido una media de diez kilos cada uno, a la vez que indicaba que la compañera de Beristain se desplazó hasta la cárcel de nuevo el pasado fin de semana junto a la hija de ambos, sin conseguir que la criatura pudiera entrar a ver a su padre.
«Estas situaciones son las que provocan la solidaridad», sentenciaron en la rueda de prensa ofrecida en Bilbo, en la que describieron las decenas de expresiones que toma esta solidaridad. Pero mostraron su disgusto al advertir que «también son mil las caras de la persecución contra la solidaridad».