El proceso judicial forzado en el Estado español contra Arturo Cubillas, ciudadano venezolano de origen vasco, va camino de lograr en aquel país un efecto contrario al pretendido. La declaración de ayer confirmó que el caso ha servido para que alcancen gran difusión las denuncias de torturas en Euskal Herria. Y sobre todo, una imagen: la del gasteiztarra Unai Romano, que ya fue mostrada a toda Latinoamérica por TeleSur y que ayer apareció de nuevo en numerosos carteles a la puerta de la sede de la Fiscalía.

Cubillas abandonó el edificio judicial sin hacer declaraciones, hora y media después de entrar. Cuando se dirigió a la Fiscalía para pedirle que investigase el caso, avanzó que quería que se esclarezca si es culpable de los delitos que se le atribuyen en Madrid -donde se le implica en supuestos entrenamientos de ETA en aquel país- o si, por el contrario, los detenidos Xabier Atristain y Juan Carlos Besance lo manifestaron porque estaban siendo torturados.

Las decenas de personas concentradas allí reclamaron también respeto a la soberanía venezolana y gritaron lemas como «No a la extradición».

Las fuentes de la Fiscalía Décima Nacional, ante la cual había sido citado, indicaron que el magistrado Richard Monasterio le tomó declaración en la sede del Ministerio Público, en el centro de Caracas. Habrá que ver ahora cuáles son los siguientes pasos del fiscal venezolano.

Una acusación, prescrita

Precisamente, unas horas antes de la comparecencia de Cubillas se conoció que la Fiscalía de la Audiencia Nacional renunciaba a pedir su extradición por un atentado mortal de ETA ocurrido en 1985.

El caso ha sido declarado prescrito, por lo que debe ser archivado. Así lo ha admitió el fiscal Carlos Bautista en el escrito que ha dirigido al juez especial Pablo Ruz, que el pasado viernes reabrió la causa y preguntó al Ministerio Público si procedía o no iniciar los trámites para solicitar su entrega también por esta cuestión.

El 20 de enero de 1992, la Fiscalía ya había considerado que no existían «elementos suficientes» para pedir la extradición de Cubillas en el caso de que fuera detenido, por lo que reclamó que se dejara sin efecto la orden a Interpol, pese a lo cual Ruz intenta reabrir el caso.