La condición sexual como motivo de agresión
El pasado domingo dos jóvenes fueron agredidos en Bilbo debido a su condición sexual. El estado de uno de ellos es muy preocupante, según han denunciado los portavoces de SOS Racismo, Sare Antifaxista, EHGAM y Gaztehgam, que han llamado a manifestarse el próximo martes para denunciar la brutal agresión. No es la primera agresión homófoba, ni desgraciadamente será la última si se trata como un episodio de «crueldad adolescente» y no como un hecho que hunde raíces en la todavía muy presente, también en Euskal Herria, condena cultural de la homosexualidad.
Según las asociaciones convocantes, estos hechos demuestran que algo está fallando en el modelo educativo. El problema es que educar a los jóvenes en la igualdad racial no genera críticas de «agenda integracionista»; pero la igualdad de todas las condiciones sexuales sí las genera, en palabras de uno de los actuales obispos de la Iglesia vasca, «porque defienden una agenda que no sólo demanda tolerancia hacia el homosexual sino que afirma la conducta homosexual y sus esfuerzos por redefinir la familia». La «siniestra agenda gay» sirve de excusa a sectores conservadores para redefinir la «guerra cultural contra la homosexualidad». La educación vasca debería reconocer que la protección de los estudiantes homosexuales implica bastante más que protegerlos de las agresiones. La única agenda es el respeto.