Las autoridades indonesias confirmaron ayer la muerte de al menos 77 personas más por la última erupción del volcán Merapi, en el centro de la isla de Java, lo que obligó a la evacuación de emergencia de miles de personas más.

Al menos 265.000 personas viven en la zona de peligro y, hasta el momento, un total de 160.000 han sido evacuadas a refugios de emergencia en Sleman, Magelang y los distritos de Klaten Boyolali, según informó ayer el Gobierno indonesio.

Según el director de la Agencia Nacional de Desastres de Indonesia (BNPB), Sutopo Purwo Nugroho, las personas que están a veinte kilómetros alrededor del volcán tienen un alto riesgo de verse afectados por la actividad del volcán y todavía están «tratando de obligarlos a trasladarse a los refugios». Hasta ayer, la zona de peligro del volcán abarcaba un radio de quince kilómetros.

«Si es necesario, el Gobierno utilizará la fuerza para salvaguardar la seguridad de las personas», manifestó Nugroho, señalando que algunos ciuda- danos han muerto por ignorar las advertencias gubernamentales, según informó la agencia de noticias de Naciones Unidas, IRIN.

Desde que el volcán Merapi entrara en erupción el 26 de octubre, 104 personas han perdido la vida. La última erupción, la de ayer, causó al menos 77 víctimas mortales e hirió gravemente a otras 200, principalmente por las quemaduras de la nube caliente y los escombros volcánicos, informó la BNPB.

Alrededor de 27.000 personas se encontraban refugiadas en el nuevo estadio de fútbol de Yogyakarta. «La logística es adecuada, pero se necesita más atención sanitaria, así como baños, agua y kits de higiene», señaló Nugroho.

Mientras tanto, el presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, declaró que las Fuerzas Armadas indonesias desplegarían toda su ingeniería y movilizarían a sus efectivos sanitarios así como al Ejército y la Marina para ayudar a evacuar a las personas que se encuentren en la zona de emergencia. Además, construirán hospitales de emergencia y cocinas públicas.

«Parece que la actividad continuará y no se puede predecir cuándo pararán las erupciones», puntualizó Yudhoyono. «Por eso, he decidido tomar estas medidas extraordinarias», agregó el presidente.