Batacazo ante el Real Madrid
Con sólo 30 puntos en 30 minutos, la paliza está asegurada
Gipuzkoa Basket arrancó con un 2-14 favorable, pero se encontró con una férrea defensa madrileña que le dio la vuelta al luminoso. Salvo Miralles, los demás jugadores rayaron por debajo de su nivel.
RAL MADRID 83
LAGUN ARO 53
Arnaitz GORRITI
Lagun Aro Gipuzkoa Basket deberá esperar al menos hasta la segunda vuelta para poder afirmar que ya no hay equipos de la Liga ACB a los que no ha podido ganar. El merengue se le atraganta por sistema al conjunto donostiarra, según se ve.
El problema es que a veces, como ayer, perder ya es lo de menos. Caer frente al Real Madrid siempre entra dentro de la lógica, pero recibir un correctivo de semejante calibre no.
Se dice pronto, pero tener que volver a casa después de perder por 30 puntos no es nada reconfortante. Mucho menos después de despertar todas las esperanzas del mundo con un gran primer cuarto. Mientras que los blancos aún se desperezaban, los de Pablo Laso salían con el puñal entre los dientes, adelantándose 2-14 en un santiamén.
Baron volvía a mostrar su talento para el tiro, y Salgado dirigía a los suyos con maestría. Aunque los de Messina empezaban a carburar de la mano de Tomic, Gipuzkoa Basket conseguía llegar al final del primer cuarto con una ventaja considerable de siete puntos: 16-23.
Desquiciados
Y con el final del primer período, se acabó lo que se daba. El Real Madrid comenzó a apretar en defensa y el aluvión de balones perdidos de los de Laso fue digno de un documental de catástrofes. El propio técnico gasteiztarra abroncaba a los suyos en un tiempo muerto, diciendo claramente que «sólo anotan gracias a nuestros errores».
Los guipuzcoanos tardaron más de seis minutos en hacer pasar el balón por el aro y sólo volverían a hacerlo otra vez: 5 puntos en 10 minutos, y 39-28 al descanso.
Aún había tiempo de corregir el desaguisado, pero aquello no podía ir sino a peor. Los titulares de Gipuzkoa Basket estaban abrumados por la exigencia física de los de Messina, y los suplentes, simplemente, no estaban. Con todo, gracias a la brega de Miralles, el mejor donostiarra ayer incluso por encima de los 18 puntos de Baron, aún había esperanzas, pocas, eso sí, al inicio del último cuarto, ya que el marcador reflejaba 59-45.
Y el apagón se terminó de consumar en los diez últimos minutos, de los que pasaron cinco y medio sin que los de Laso sumaran un punto. Mientras, Messina daba minutos al joven Mirotic y a su temporero Fisher, charlaba tranquilamente con los árbitros o daba palmadas a los suyos. Y es que el de Catania y Laso ya saben que si un equipo sólo anota 30 puntos en 30 minutos la paliza está casi garantizada.
El maestro Bozidar Maljkovic, durante su estancia en Gasteiz, dejó esta perla en una entrevista. «Las estadísticas son como los bikinis: muestran mucho, pero ocultan lo principal». No obstante, uno se puede hacer una idea con lo que éstas muestran.
De hecho, los números del choque de ayer son crueles y sinceros con Lagun Aro GBC. Para empezar, con las 25 pérdidas de balón, todo un despropósito en un equipo que, hasta la fecha, viene siendo la revelación de la liga. Por otro lado, cabe resaltar el pésimo porcentual en el tiro, sobre todo en el tiro de dos, con 10 aciertos sobre 28 lanzamientos, un pobre 35% con el que pocas veces se puede aspirar a nada.
Pero los números más sangrantes son aquellos que se refieren a la valoración. Fruto de la paliza encajada, la diferencia entre merengues y donostiarras no podía ser más abismal: 101 contra 27.
En este apartado, cabe resaltar la horripilante aportación de los suplentes, con sólo Uriz por encima del 0 -con 4 de valoración-, y tres jugadores por debajo del «ni frío ni calor»: Tskitishvili y Lorbek con -4 cada uno y el jienense Alfonso Sánchez, con un incalificable -11. A.G.