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Houellebecq recibe un Goncourt precedido por aclamación y polémica

Michel Houellebecq, uno de los escritores más aclamados por el público y la crítica, fue distinguido ayer con el premio Goncourt, el galardón literario más importante del Estado francés, por su novela «La Carte et le Territoire». A este premio le preceden las acusaciones de «plagio» vertidas el pasado mes de setiembre por una página web francesa que aseguraba que el autor galo habría hecho suyos para esta obra al menos tres párrafos de la enciclopedia en línea Wikipedia.

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A.K. | PARÍS

Con el apoyo de siete de los nueve miembros del jurado, Michel Houellebecq (Saint Pierre, Isla de Reunión, 1958), consiguió en su cuarta tentativa el Goncourt con un texto que parte del ficticio encuentro entre el autor y un imaginario artista francés en Irlanda para analizar la creación contemporánea, pero también la depresión, la locura, la ambición, el dinero, el amor y la muerte.

El nuevo libro de Houellebecq, a menudo definido como «L´enfant terrible» de la literatura francesa y al que se le ha llamado desde «reaccionario» a «islamófobo», se sirve de un humor oscuro para describir el mundo que percibe desde el balcón de sus ojos.

El reconocimiento del galardón reafirma el éxito comercial de «La Carte et le Territoire» (El mapa y el territorio, editado en el Estado francés por Flammarion), que ha vendido más de 200.000 copias en dos meses.

«Soy alguien que no se olvida de las cosas malas», comentó el autor tras conocer el fallo del jurado, cuando se dijo «profundamente contento» de haber redibido un premio que amplifica el impacto de la literatura en aquellos que normalmente no se interesan por el mundo de los libros.

Houellebecq, autor de «Las particulas elementales» (1998) y de «Plataforma» (2001), entre otros, es un literato que refleja una sociedad estremecedora y apocalíptica. En su prosa encuentran cabida las reflexiones sobre el arte contemporáneo, el turismo sexual, las compañías aéreas de bajo coste, la clonación o la asexualidad.

Polifacética y fecunda, la obra de Houellebecq deja pocos formatos sin explorar, pues el novelista, poeta y ensayista es también cantante, director de cortometrajes o columnista.

Acostumbrado a chapotear en los charcos de la polémica, ya antes de los atentados de Nueva York del 11 de setiembre, el autor galo se defendió con éxito en los tribunales de quienes le acusaban de «islamófobo». «La religión más imbécil es el Islam», comentó el intelectual en la revista «Lire» en 2001, en una entrevista en la que aseguraba que «cuando uno lee el Corán, se desmorona» y en la que opinó que «los judíos son más inteligentes y más interesantes que la media de los seres humanos».

Acusaciones y críticas

La publicación de esta premiada novela tampoco ha quedado exenta de polémica. El pasado mes de setiembre una página web francesa acusaba a Houellebecq de haber plagiado varios párrafos para su última obra. En la información se aseguraba que el autor habría hecho suyos «al menos tres párrafos» de la enciclopedia en línea Wikipedia.

Los propietarios de esta enciclopedia virtual reconocieron la copia aunque consideraron difícil que se pudiera acudir a los tribunales, puesto que las definiciones que allí se encuentran están redactadas por los propios lectores -la mayor parte de las veces de forma colegiada-, lo que dificulta identificar a un único autor.

El propio escritor tildaba de «ridícula» esta acusación y afirmaba que al nombrar una palabra tan «gruesa» como «plagio», «quedarán restos para siempre» de la «ridícula» acusación, algo que consideraba podría perjudicarle eternamente.

El anuncio del premio tampoco dejó indiferente a la crítica literaria francesa. Si por una parte la obra de Houellebecq fue cosida por elogios, por otra, varios de sus colegas arremetieron contra su estilo narrativo. El escritor franco-marroquí Tahar Ben Jelloun aseguraba ayer que el misterio que ronda alrededor del novelista francés pone de manifiesto «su falta de imaginación». «Houellebecq gira en sí mismo porque no sabe qué más inventar», afirmaba en unas declaraciones recogidas por France Presse.

Para muchos, el Goncourt era un premio que ya llevaba el nombre de Houellebecq antes de que ayer se diera a conocer el fallo oficial. El crítico Iñaki Urdanibia ya adelantaba en las páginas de este diario que «La Carte et le Territoire» era uno de los favoritos para llevarse el galardón y ayer el diario «Liberation» recordaba cómo François Nourissier, antiguo presidente y siempre influyente miembro del jurado del Goncourt, anunciaba que su elección personal se declinaría por la opción de Houellebecq. La polémica está servida.

Despentes gana el Renaudot por «Apocalypse Bébé»

El fallo del Goncourt fue casi simultáneo al del Renaudot, que recayó en Virginie Despentes por su obra «Apocalypse bébé». Se trata de una novela de intriga que se desarrolla entre París y Barcelona y en la que confluyen desde detectives privados hasta atípicos personajes de los bajos fondos más alternativos. La escritora se hizo con el galardón por cuatro votos contra dos.

En «Apocalypse bébé» (Grasset), Despentes propone una subversiva montaña rusa en la que el lector viaja por una irónica crónica social. El viaje literario recoge las desventuras de una mujer con pocos recursos que cerca de la cuarentena empieza a trabajar como detective, tarea que le llevará hasta la misteriosa lesbiana «La Hyène».

Despentes, de 41 años de edad y codirectora en 1998 de la película «Baise-moi», inspirada en la novela homónima, es también autora de títulos como «Bye bye Blondie» o «Teen Spirit». GARA

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