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Prejubilados y pensionistas rechazan el recorte y piden un sistema público

Los prejubilados y pensionistas rechazan los recortes de las pensiones y exigen fortalecer el sistema público, porque -como dijo el presidente de FEVAAS, Iñaki Vicente- «hemos cotizado más de cuarenta años para tener una pensión digna, pero a quienes nos prejubilaron de manera forzosa nos la recortan entre un 30% y un 40%». Recordó que el sistema público es viable y dijo que, ante agresiones similares en el Estado francés, «la población se ha echado a la calle».

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Juanjo BASTERRA

La Federacíón Vasca de Asociaciones de Prejubilados y Pensionistas (FEVAAS) celebró ayer en el Teatro Arriaga una jornada informativa para rechazar la congelación de las pensiones y para denunciar «la situación dramática y vergonzosa en la que viven quienes han trabajado más de cuarenta años de su vida y no tienen ahora ni para comer», según denunció su presidente, Iñaki Vicente.

Ante el alcalde de Bilbo, Iñaki Azkuna, Vicente recordó que «estamos atravesando una situación dramática y vergonzosa». Para él, con los prejubilados de la reconversión industrial de los últimos veinte años del siglo pasado «se ha hecho una de las mayores injusticias sociales de la historia», porque «hemos cotizado a la Seguridad Social durante más de 40 años, pero como nos forzaron a preju- bilarnos, nos aplicaron unos coeficientes reductores a nuestras pensiones, que suponen recortes de entre el 30% y 40% de nuestros bajos salarios, con lo que cobramos una miseria después de años y años cotizando a la Seguridad Social».

Iñaki Vicente recordó que «la congelación de las pensiones» supone «un mayor perjuicio para quienes menos tienen». En este sentido, afirmó que la tasa de pobreza en el Estado español se encuentra «sólo por detrás de Letonia. Tengo que decir al Gobierno español del PSOE que a nosotros, en realidad, nos ha congelado y nos ha atracado nuestra pensión de por vida».

Para agravar esa situación, el presidente de la Federación Vasca de Asociaciones de Prejubilados y Pensionistas recordó que «perdemos un 2% anual con la inflación y, además, nos dicen que en 2011 nos congelan las pensiones. No hay derecho».

Iñaki Vicente dijo que el panorama «es desolador» y afirmó que en otros lugares, como en el Estado francés, «salen a la calle a dar la cara para rechazar que se eleve de 60 a 62 años la edad de jubilación. Nosotros estamos en un país narcotizado, como me dijo un día un político en activo», precisó.

Por otro lado, recordó que la caja única de la Seguridad Social cuenta con un Fondo de Reserva de más de 60.000 millones, pero indicó que «tendría más de 250.000 millones, si los gobiernos del Estado español no hubieran utilizado las cotizaciones sociales para pagar otras partidas de sus compromisos presupuestarios, que nada tienen que ver con las pensiones de jubilación o las de viudedad o las demás existentes, por ejemplo».

Por último, Vicente señaló que «los políticos son tan grandes que son capaces de salvar bancos, cajas de ahorros, el euro... pero ¿cuándo van a salvar a las personas?». Una pregunta que el alcalde de Bilbo, Iñaki Azkuna, eludió y sólo dijo que «cuando uno tiene razón, lo debe defender hasta el final».

CONCENTRACIÓN

Los prejubilados y pensionistas prácticamente llenaron el Teatro Arriaga en la jornada anual que la Federación vasca organizó en Bilbo. Tras el acto, se concentraron a las puertas del teatro para exigir mejores pensiones del sistema público.

Serrano (EHU) defiende la reforma del Gobierno español

El catedrático de Economía Aplicada de la UPV-EHU Felipe Serrano se posicionó a favor de la reforma de las pensiones en términos similares a los que plantea el Gobierno español y sólo aportó los argumentos oficiales para alargar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años y elevar el período de cálculo de la pensión de 15 a 20 años. A su juicio, es necesaria la reforma porque no va haber la suficiente ocupación y productividad que permita sostener el sistema público. No habló de crear más empleo ni de mejorar las pensiones de pobreza que más de la mitad de los vascos perciben y obvió los continuos errores de predicción que se realizan sobre la quiebra de las pensiones públicas. J. BASTERRA

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