Frida Modak Ex Secretaria de Prensa del Presidente Salvador Allende
Más mujeres gobiernan en el mundo subdesarrollado
La autora analiza las mujeres que han llegado a gobernar sus respectivos países y los contextos geográficos e históricos donde ocurrieron. Afirma que «al margen de los debates sobre machismo y feminismo, el ejercicio del poder ha ido cambiando en la misma medida que avanza el desarrollo económico y cultural». En Latinoamerica, la atención se centra en Dilma Rousseff y Cristina Fernández, y critica que haya «quienes se niegan a aceptar el lugar que han alcanzado».
Dilma Rousseff será a partir del 1 de enero del próximo año la primera presidenta brasileña y se sumará a las dos mandatarias en ejercicio en la región, las presidentas Cristina Fernández, de Argentina, y Laura Chinchilla de Costa Rica. Junto a ellas se encuentra Kamla Persad-Bissessar, Primera Ministra de Trinidad y Tobago. La lista de mujeres latinoamericanas y caribeñas que han gobernado a sus países es interesante, como veremos más adelante.
En el mundo desarrollado, del que incluso fuimos colonia en algún tiempo, la situación es distinta. Angela Merkel es la canciller de la República Federal Alemana, su cargo equivale al de primer ministro en países con sistema parlamentario, y es la única mujer que hoy gobierna en uno de los países que integran la Unión Europea. Esta contrastante situación se da también en relación a los «desarrollados» y a los tercermundistas.
La primera mujer en el mundo que se convirtió en Primera Ministra, fue Sirimavo Bandaramaike, de Sri Lanka, antes conocida como Ceilán, que tenía una civilización avanzada y que en 1505 fue conquistada por los portugueses, a los que luego desplazaron los holandeses, los que a su vez fueron desalojados por los ingleses.
En 1948 conquistaron la independencia, en el marco del Commonwealth y Bandaranaike desarrolló una política anticolonialista que la llevó a reunirse con Nehru, de India, Mohamed Alí de Pakistán, U Nu de Birmania y Sastroamidjojo de Indonesia, en la cumbre de Bandung de 1955, precursora del Movimiento de Países No Alineados.
Bandaranaike fue tres veces primera ministra, el último período de 1994 a 2000 y murió el día de las elecciones, después de ir a votar. En ese último período y debido a los cambios en la constitución, su hija era la presidenta del país y a ella estuvo subordinada.
En América Latina la primera presidenta fue la argentina Isabel Martínez, la viuda de Perón, que duró poco más de un año en el cargo. Lidia Gueiler, de Bolivia, fue la segunda mujer presidenta en esta región y es la única que ha tenido ese país. Fue designada por el parlamento en un período en que los golpes de Estado se sucedían y ejerció el cargo de noviembre de 1979 a julio de 1980, cuando fue derrocada.
Curiosamente, las primeras ministras y presidentas son numerosas en países africanos y asiáticos, son menos en América Latina y el Caribe y en Europa pertenecen mayoritariamente a los países alejados del centro de poder del que son parte los de la Unión Europea.
La participación femenina: Más allá de las disquisiciones sobre si las sociedades primitivas fueron matriarcales o patriarcales, lo que sí es claro es que las mujeres fueron conquistando derechos con mucho trabajo y que aún cuando ahora se entiende que están en iguales condiciones que los hombres, persisten algunas diferencias, las que sin embargo no han impedido que las mujeres accedan al poder.
Y al margen de los debates sobre feminismo y machismo, es interesante constatar cómo el ejercicio del poder ha ido cambiando en la misma medida en que avanza el desarrollo económico y cultural El proceso tiene ya varias décadas y en los distintos ámbitos geográficos han surgido mujeres que han jugado un rol destacado, al igual que las que en su momento participaron en las luchas de independencia de sus países.
Así como Sirimavo Bandaranaike lideró el proceso independentista de su país, en esos mismos tiempos surgieron otras mujeres como Indira Ghandi en la India y Golda Meir en Israel. Las tres encabezan la lista de las primeras ministras en los años 60 y 70.Las sigue la británica Margaret Thatcher en 1979 y después de ella una interesante lista que muestra una diversidad geográfica.
De los años 80 a la fecha, hay o han habido primeras ministras en Pakistán, Bangladesh, Nueva Zelanda, Mozambique, Ucrania, San Tomé y Príncipe, Corea del Sur, Noruega, Portugal, Dominica, Antillas Holandesas, Senegal y Turquía. Pero de la Europa del poder, sólo han ejercido ese cargo después de Margaret Thatcher la francesa Edith Cresson por 323 días y Angela Merkel, que con el titulo de Canciller de Alemania, lo ejerce desde 2005 a la fecha.
A ellas hay que agregar las que han ejercido y ejercen la presidencia en Filipinas, Nicaragua, Irlanda Suiza, Panamá, Letonia, Islandia, Malta, Finlandia, Indonesia, Liberia, Ecuador, Chile, Argentina, Costa Rica y Brasil. Donde nunca una mujer ha llegado a la presidencia o a la vicepresidencia es en Estados Unidos. De hecho, antes de que apareciera la Palin sólo una vez hubo una candidata a vicepresidenta.
Cristina y Dilma: En este cuadro, la atención política latinoamericana se enfoca ahora a Cristina Fernández, presidenta de Argentina y Dilma Rousseff, presidenta electa de Brasil. Las dos tienen un rasgo en común, lucharon contra las dictaduras que se implantaron en sus países en los años sesenta y setenta.
Cristina Fernández, estudiante universitaria en ese momento, conoció en ese tiempo a otro estudiante, Néstor Kirchner, con el que años después se casó junto al cual fue encarcelada en su accionar contra los regímenes militares y al que mediante el voto popular sucedió en la presidencia de la república y quien murió hace algunos días. Dilma Rousseff participó en la lucha armada contra el régimen militar que se instauró en Brasil en 1965.Integró la Vanguardia Armada Revolucionaria Palmares. Fue detenida en 1970, estuvo tres años en prisión y fue torturada, la llamaban la Juana de Arco de la guerrilla. Casada con un guerrillero, se incorporó después al Partido de los Trabajadores que encabezaba Lula, el actual presidente. Ambas mujeres tienen trayectoria y méritos propios y suficientes para ejercer como presidentas de sus países, sin embargo, los sectores políticamente opuestos intentan descalificarlas usando los mismos argumentos. A Cristina Fernández pretenden desconocerle sus capacidades insinuando que llegó al cargo por méritos de su esposo. A Dilma, que recibió abierta y claramente el respaldo del presidente Lula le atribuyen su triunfo a la intervención del mandatario, pese a que como ministra de Energía y luego como Jefa del Gabinete presidencial dejó en claro sus méritos.
En definitiva, pese a todo, hay quienes se niegan a aceptar el lugar alcanzado por las mujeres.
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