Raimundo Fitero
Al suelto
Las cadenas de información continuada durante veinticuatro horas acostumbran a retransmitir en directo las ruedas de prensa posteriores a los consejos de ministros u otras comparecencias de dirigentes políticos o sociales que consideran de interés general. Nada que objetar. Seguro que hay viciosos para todo, pero lo que más nos sorprende es que se hace con una única cámara fija, con el sonido abierto general, pero nunca, o casi nunca, se nos ofrece la cara del periodista que hace la pregunta. Bueno, algunas ocasiones parece que tienen más medios o más pericia y sí se ve, pero tampoco de manera regular porque tienen puntos ciegos. Estamos ante una especie de juego de la pregunta secreta, la invisibilidad del periodista o, como mucho, le podemos ver la nuca. Será una cuestión de estilo.
De rondón se nos cuela en un noticiario que los concesionarios de la gestión de las autopistas están recortando sus ganancias ya que la crisis hace que menos conductores utilicen esas vías construidas con dinero público pero explotadas por empresas privadas, por cierto muy ligadas a grandes grupos de presión. Es decir, cuando ganaban mucho, estaban calladitos, pero ahora que ganan menos, piden sopitas y claro, como son ricos, poderosos, encuentran quién les escuche y les esté preparando un plan de salvamento. Es decir, un nuevo gesto de abuso, de discrecionalidad negativa, de utilizar dinero público para bolsillos privados. Lo de siempre, pero con mayor descaro.
Retornan dos series que mantienen en dos estilos casi opuestos una buena relación con las audiencias. «Cuéntame», ahora sin publicidad se hace con una audiencia millonaria, manteniéndose fiel a sí misma, es decir apurando unas situaciones que, como dijo Imanol Arias en su promoción en la propia primera estatal, «no es histórica, sino que se basa en hechos históricos». Cógeme esa mosca con el rabo. Es una manera de destensar cualquier exigencia de rigor con lo sucedido en la realidad. La desmemoria ficcionada. La otra en la Sexta, la siempre atractiva «Bonnes», con una pareja protagonista con buena química y que nos parece una de las series más logradas por sus buenos guiones.